martes, 16 de junio de 2020

El Probador - 1ºParte





                     
Llevaba casi seis meses en la sastrería trabajando de encargada, se hacían trajes y camisas a medida carísimos, pero bueno era una zona muy pija con lo cual no importaba, se trabajaba bien.
Como siempre abrí la tienda, la mañana transcurrió tranquila, un par de clientes uno antiguo, alguno nuevo y él…

En cuanto le vi observe que tenía clase, bien cuidado, casi en la cuarentena aunque no lo aparentaba para nada, algo de canas en las sienes, engominado, ojos azules increíbles, labios…bueno casi no me fije en ellos, tenía porte y clase a raudales, eso era visible desde lejos.

Me pidió ver el muestrario de telas y se lo di,  yo me fui a seguir con mis pedidos eso si antes ofreciéndole mi ayuda.

Ese día yo llevaba un pantalón negro entallado en las caderas y recto de pierna que me quedaba como un guante y una camisa rosa con mis iniciales bordadas hecha a medida en la tienda por fuera del pantalón y unos botines negros de puntera de los cuales solo se aprecia la misma y el fino tacón alto.

De reojo vi que me observaba un par de veces, cruzamos la mirada y sonreímos algo cortados, no pudiendo aguantar ya más me acerque ofreciéndole mi ayuda, algo cortante me tendió una muestra de príncipe de Gales y una popelina azul claro para que le encargara un traje clásico y una camisa.

Le indique el probador para tomarle medidas y se las tome de camisa primero, hombros, espalda…una espalda por cierto estupenda ancha y bien formada. Torso fuerte y musculoso, brazos bíceps y tríceps en su punto, muñecas anchas y fuertes,  eso solo era por arriba.

Mientras le tomaba la medida del cuello en el cual tengo que quedar frente a su cara, aunque muy profesional y separada la distancia correcta para no invadir su espacio, nuestras miradas se encontraron, note su recorrido en apenas tres minutos, miro mi pelo, mis ojos, clavándome los suyos azules, después siguió a mis labios, ese día rosados y brillantes por mi glosse,  allí se demoró algo más e instintivamente se relamió dándose cuenta de mi rubor al observarle aparto la mirada.

Y llegaron las medidas del pantalón a tomar que son las más comprometidas, cintura, cadera, largo de pierna y como no,  tiro y entrepierna.

Está en concreto se coloca un metro de madera recto desde su sexo hacia el largo de pierna apoyándole allí…

Cuando me vio dispuesta a tomarle esa medida se ruborizo a pesar de la tremenda seriedad y profesionalidad de mi gesto casi lejano, que solía utilizar en esos momentos evitando incomodar al cliente e incomodarme yo misma.

Y ante mi sorpresa casi de un manotazo retiro el metro diciéndome que no tenía tiempo que volvería después de comer, casi se alejó como una tromba, no sin antes percatarme del bulto en su pantalón, si bien me había pasado ya varias veces, no sé porque esa vez me estremecí y allí me quede con el metro en la mano en cuclillas y cara de boba.

Estuve incomoda el resto de la mañana esperándole y como no llegaba  cerré la tienda y me fui a comer, cuando pensé que no volvería al regresar a la tienda después de la comida allí le vi , nervioso dando paseos ante la puerta, le salude, me saludo serio pero clavándome una mirada de arriba a abajo que me sentí desnuda ante él.

Mientras abría la puerta note su mirada recorriéndome la retaguardia con avidez ¿Me incomodaba o me gustaba? no sabría qué decir.

A pesar de estar ubicada la tienda en un centro comercial he de confesar que me sentí sola con él en ese momento.

Entramos y se fue directo al probador sin darme tiempo casi a dejar el bolso, le seguí en su loca carrera y cogí el metro de madera mi mirada era impenetrable e inexpresiva para evitar de nuevo otra confusión

Aunque sí que no podía dejar de apreciar de nuevo el bulto ahora algo mas prominente que la primera vez que crecía debajo de su pantalón, ahora la que carraspee fui yo,  me puse de pie y le hice otra de las preguntas que más me incomodaban al tomar esas medidas pero imprescindible para la confección de un pantalón a medida…

-Disculpe… ¿De qué lado carga usted?...

El hombre abrió los ojos como platos y la erección pareció bajarse isofacto,
no pude por menos que desplegar una de mis maravillosas sonrisas de tranquilidad y explicarle el motivo de mi pregunta, que era necesario saber eso para que la capacidad de tiro fuera de su mayor comodidad en su nueva prenda

Pasado el flash me sonrió enseñándome una dentadura de anuncio de dentífrico que por poco hace que me tiemblen las piernas, protegida por unos labios carnosos en los cuales me fije por primera vez


Reímos y saliendo de ese comprometido momento y del probador tome nota de su pedido.
Le explique que la camisa tardaría menos, pero que el traje se hacía lejos y llegaría  de 20 a 30 días y no le importo, presentía  que ese hombre tendría un vestidor de espanto de grande y ese traje solo era un capricho más

Me pago la mitad del pedido en efectivo dejando ver algo tan ostentoso como un fajo de billetes sujeto por una pinza de las que se utilizan para ese uso

Y casi asombrado saco un reloj de cadena del bolsillo pequeño de su pantalón para exclamar que era tardísimo que se iba, me recordó al conejo de Alicia en el País de las Maravillas jijiji

Dijo adiós…y se iba por la puerta cuando se volvió de repente y me dijo

-Volveré en breve….

Yo estaba clavada en el suelo, me pesaban los pies como si tuviera plomo y solo una nueva clienta que entro me hizo reaccionar.

La verdad es que paso como una semana y yo cuando creí olvidado al cliente ante tanta avalancha de trabajo se presento

Yo estaba mirando un pedido en la pantalla del ordenador y al levantar la mirada allí estaba él, tan ensimismada estaba que ni le escuche entrar y sin duda la moqueta del suelo ayudo.

Al levantarla me encontré con unos ojazos azules de mirada penetrante pero esta vez algo divertida ¿Por qué?

 Me di cuenta algo tarde que en mi afán por comerme la pantalla del ordenador, se me habían desabrochado un par de botones de la camisa y se me veía mi sujetador y canalillo, me tape y entonces él soltó una carcajada que no entendí pero me uní a él  ¡Dios! era guapo y divertido ¿Quién da más?

Cambiando el tema le comente que la camisa ya estaba, dijo que no venía a por ella que venía a encargar más (aun sin saber cómo le quedaban) y a invitarme a un café por haberse comportado como un crío la última vez con lo del probador

Me quede de piedra así directo y de golpe el trato de vendedora y cliente fuera de un plumazo, me disculpé y le comente que no podía abandonar la tienda ni tomar café con él (entre otras cosas porque no me gusta el café) le dije que no solía tomarlo

Se puso serio y dijo

-Bien volveré después -  y se fue dejándome de nuevo muerta

Cuando a los diez minutos le veo llegar con una coca cola y un café y me dice

-Como Mahoma no va  a la montaña…aquí viene la montaña en forma de hombre con una coca cola

No pude más que sonreír y me dijo que tenía una sonrisa preciosa, yo salí disparada a por su camisa, le tendí antes el muestrario de telas para elegir y con un vuelco que me moría fui a por la suya, pidió probársela la desenvolví y se la di se dirigió al probador

Yo intentaba enfrascarme en lo mío y me tome la coca cola de golpe, este hombre me confundía deliciosamente.

Al rato me llamo al probador, no quería ni ir y cuando entre supe porque, su torso fuerte de piel morena (de rayos uva seguro) y ese vello que dejaba ver la camisa abierta me dio algo el observarle así y él se dio cuenta, me moría de vergüenza sonrió pícaro y divertido, se lo estaba pasando en grande a mi costa el cabronazo

Me indico que veía un fallo en un ojal, yo tonta de mi me acerque a verlo revisando el mismo y él aprovecho  me cogió de la mano  se la llevo a los labios y la beso

Me dijo que la tenía suave y la acaricio, retirándola me disponía a irme cuando me agarro por un brazo me giro hacia él y me beso con intensidad

¡Que beso!…me morreo en unos segundos casi comiéndome, sentí que me mareaba y me deshice de su agarre con mucha fuerza de voluntad,  entre cabreo y confusión salí del probador

Si quería jugar a la provocación seriamos dos a jugar pero me jure que mi  juego seria algo más siniestro

Cuando salió del probador como si nada yo ya estaba en el mostrador delante del pc,  sin mirarle tan siquiera le cobre, me dio las muestras de telas elegidas para las próximas camisas y me dijo

-¿Te has enfadado?
-¿Un poco atrevido no?- Le conteste clavándole la mirada
-Me encantas, mucho…
-Muy bien, muy amable, ya sabe el plazo de entrega, recójalas cuando desee - le dije lo mas fría que pude
-Te bese y no será la última vez- me dijo y me estremecí
-Lo dudo y usted deberá dudarlo también
-Lo haré y te gustara porque tú me gustas mucho te lo he dicho -me contesto tan tranquilo
-¡Jamás!- le conteste clavándole la mirada
-Esa boca será mía  y esos ojos me miraran con deseo
-Le gusta mucho jugar y los retos por lo que veo
-Si y te acabas de convertir en uno muy especial

Cabreada le respondí

-¿Le gusta jugar?
- Mucho…mmm- respondido
-Juguemos pues- le rete y se fue.

Me quede muerta nada más que salió por la puerta me tuve que sentar ese hombre arrasaba con su seguridad, pero dio con la horma de su zapato si quería juego, lo tendría

A los minutos llamaron por teléfono y respondí era él, solo dijo

-Te besare y pedirás mas
-No, tú me lo rogaras a mí- y colgué sin más


Ahora era hora de jugar…

A los 25 días de su primera visita llego su traje, mande a mi compañero que le llamara y el día que dijo pasarse a por el traje yo libre adrede
Ya pensando que me lo había quitado de encima respire tranquila, porque mi compañero dijo que se fue contento y que le quedaba como un guante

Pero a los dos días estaba allí con el traje nuevo y la camisa azul cielo que le sentaba con su color de piel de locura, su pelo ligeramente cano engominado, le acompañaba en esa belleza tan varonil y elegante, tuve que intentar no abrir la boca  abobada y con toda la indiferencia que pude transmitirle le salude

-¿Algún problema con el traje?- le pregunte
-Pues…chaqueta perfecta- dijo quitándosela
-Ya veo si ¿Y?
-La camisa juzga por ti misma- le quedaba de miedo…
-La veo bien
-Pero el pantalón no es cómodo

Puse mi cara profesional ya que me preocupaba no haberlo hecho bien al tomar las medidas pertinentes y seria le dije

-¿Cuál es el problema?
-En el probador te lo diré ya que podría resultar incomodo en medio de la tienda enseñarte que el tiro del pantalón no está bien, no es ético

Se fue al probador y le seguí cerro la cortina detrás de mí, me indico la incomodidad, no vi nada fuera de lugar en la confección y así se lo dije y él contesto

-No es ahí mi incomodidad cielo observa bien

Note como se estaba excitando y su erección crecía por momentos, su sonrisa pícara me divirtió, sin duda estaba jugando y jugaríamos ambos, él podía tener 40 y yo 27 años pero sabía jugar también

-Sigo sin ver nada
-¿Quieres que te enseñe más?- respondió retándome
-¿Lo desea?
-Si mucho, lo deseo mucho no lo notas - aumentando la protuberancia en su pantalón 
-Ya pero… ¿Sabe qué? Creo que no hay nada que valga la pena ver- y salí del probador dejándole parado y sonriendo ante mi atrevimiento

Me dijo casi a gritos

-¡Cielo! Lo desearas- y volviéndome hacia él le conteste
-Me lo rogaras

Cuando salió de la tienda del probador se dirigió hacia la puerta escopeteado, creo que a ese hombre no le habían dicho que no en su vida, su ego estaba algo aturdido sin duda , pero yo lo haría al menos de momento…



Continuara…

2 comentarios:

  1. Un juego de seducción en el que ambos se toman el pulso… Una complicidad que presagia más movimientos…

    Esperando el próximo…

    Un placer leerte, AYELEN.

    Abrazos, y feliz tarde 💙

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  2. Me encanta la seducción es una magia deliciosa, es un placer que te haya gustado me dispongo a poner la segunda parte

    Un abrazo grande

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