sábado, 26 de septiembre de 2020

Contra las cuerdas

 


Todo lo hacíamos juntos demasiadas cosas para mi gusto, después de cuatro años ya eso me cansaba bastante, la última idea que se le metió en la cabeza era el boxeo, a mí siempre me pareció un deporte demasiado agresivo pero sí que me ponía mucho el imaginarme ligera de ropa rodeada de tíos cachas sudorosos y con guantes.

 

Les veía varoniles al máximo, machotes, autoritarios y aunque de sumisa tengo pero que muy poco sí que esa fantasía de dejarme llevar un poco más de lo habitual me ponía bastante.

Pero no practicaría boxeo, prefería hacer otro más femenino en el edificio de al lado que era de la misma cadena.

 

Pasadas unas semanas una compañera de clase de Aerobic  llego un día de los nervios contando que había un profe de boxeo que estaba de muerte y claro la curiosidad mato a la gata y de repente creció un interés por el gimnasio de boxeo especial.

 

Decidí esperar allí a mi chico mientras entrenaba cuando salía yo de mi clase, animada por el espectáculo pero aburrida de sus pinitos.

 

Este ultimo año entre nosotros las cosas no iban bien por lo menos por mi parte, le había dejado de querer, yo creo que estaba por costumbre la que te da el cariño e incluso la vaguería que te da comenzar de nuevo a conocer a otra persona.

 

Menos mal que el profe era digno de admirar, morenazo, tatuado, marcaba todo lo marcable, cicatrices de guerra que le hacían parecer un malote de peli de gansters, un culo uffff como una piedra y unos muslos de impresión.

 

Un día cuando nos íbamos a ir ya le llama mi chico y  le dice ven que te presento a mi novia, bueno ahí dije trágame tierra, verle avanzar hacia nosotros  parecía un gladiador, cada paso un musculo se le movía y marcaba algo, parecía eterno verle como en cámara lenta, yo saboreando cada instante y mi mente en un caos de lujuria que volaba hasta límites insospechados.

 

En casa mi chico me comento que era uno de los socios del gimnasio  junto con otro algo más madurito, se llamaban Juan el joven y el otro Alvaro.

 

Mi pareja tuvo que irse a un curso de trabajo fuera de Madrid, que me vino fenomenal necesitaba poner algo de tierra por medio por fin. Pero claro sin él no tenía excusa para esperar en el gimnasio y alegrarme la vista así que decidí conocer este deporte más a fondo probándolo.

 


Seguía las directrices de Juan y también de Álvaro que últimamente aparecía más por el gimnasio, mas madurito como comente antes, no tan musculoso como el otro, rondaría los cuarenta y pico,  tenía que haber sido guapo también a rabiar, de mandíbula cuadrada, cuello ancho y un toque que me fascina en el rostro de un hombre un hoyito en la barbilla marcado. Era muy agradable estar allí con ambos hablado de técnicas deportivas que desconocía y de temas muy variados eran unos momentos muy gratos.

 

Me gustaba mucho estar allí y sin mi pareja rondando la sensación de libertad crecía en mi cada día con más ganas y pedía salir de nuevo de su encierro personal para volar y ser de  nuevo yo tal cual era sin más. Y tenía para largo porque un curso de dos semanas se convirtió en un mes y medio.

 

Y la amistad fue creciendo también,  con el trato llega todo y también llega lo que menos esperas y con quien menos lo esperas.

 

Como excepción y para gente muy amiga abrían algún sábado, sobretodo entrenaban algún amiguete profesional y una vez ambos socios nos dijeron que si deseábamos pasarnos lo hiciéramos.

Y ese sábado lo hice yo pero sola, había tenido una bronca espectacular con mi pareja ya era el final entre nosotros solo esperaba que volviera y él ya lo sabía también, necesitaba huir de la realidad por unas horas  así que allí que fui.

 

Al entrar pensé que estaba cerrado casi no había luz  y estuve en un tris de irme cuando una voz al fondo me indico que avanzara hasta el ring, esperaba que a Juan no le molestaría mi presencia si estaba entrenando a algún boxeador.

 

Pero cuando me acerque era Alvaro el que estaba allí, me indico que esperara con la mano enfundada en el enorme guante azul claro, estaba subido al ring  golpeando un saco de boxeo enorme y pesado que pendía de un gancho del techo, su juego de pies era impresionante, su ligereza  en el cuadrilátero, era como ver a un hombre diferente se había transformado en otro.

 

Desde abajo se  le veía muy atractivo, su edad madura le sentaba de maravilla, el hombre callado, discreto y tranquilo con el que converse estos días de atrás de múltiples cosas ya no estaba, ahora era intrépido, atrevido, fuerte….un hombre mucho más especial a mis ojos.

 


Le observe mientras entrenaba desde una esquina del ring, sus movimientos marcaban su cuerpo, el brillo del sudor por el esfuerzo en su piel le daba un aire varonil de impresión, me fije más detenidamente en el con el calzón brillante negro de raso y  con esa camiseta de tirantes del mismo color ceñida estaba arrollador.

 

Sin darme cuenta caminaba lenta a su alrededor desde abajo, entre golpe  y  golpe su mirada directa se clavaba en mí y estaba cambiando también, era desafiante, directa y muy intensa.

 

No pude evitar sentir un escalofrió de placer, estaba despertando en mi a esa mujer dormida por el hastió y la costumbre, estaba provocando en mi algo nuevo menos dulce más animal una necesidad primaria, un dejarme llevar hasta las últimas consecuencias para saciar mis ansias dormidas.

 

Paró en seco respirando intenso  agarrando el saco con fuerza evitando su movimiento sin dejar de mirarme sin hablar, se quitó los guantes tirándolos al suelo  y se acercó a una esquina de cuadrilátero a por una toalla blanca, se secó el sudor de la frente y  la fue bajando por el cuello hasta la clavícula, se quitó la camiseta empapada un aroma a perfume varonil se mezcló en el ambiente, yo no podía dejar de observarle se estaba ofreciendo a mí, con sus ojos, con sus labios, con sus gestos y yo estaba sintiendo necesidades nuevas  y arrolladoras.

 

Me invito a subir con sus ojos, con sus labios  y su voz, pero también con todo su cuerpo, me dijo que mientras yo observaba al resto él me estuvo observando a mí, mi infelicidad, mi aburrimiento, mis ansias dormidas, no en vano nos separaban casi 20 años su experiencia era notoria en su forma de hablar y su intuición, pero era más notoria aun cuando avanzo hacia a mí y me lo demostró.

 

Yo le deseaba pero también tenía el remordimiento rondando mi cabeza, me agarro por la cintura y eso me desarmo, rompió mi indecisión dando paso a mi verdadero yo a como había sido siempre, intrépida, atrevida, una mujer que me gustaba llegar hasta el límite, probar cosas excitantes que me hicieran sentir viva y el lo logro

 

Me acorralo lentamente en la esquina del cuadrilátero, donde está la banqueta de madera donde descansan los boxeadores, su boca estaba muy cerca de la mía, pero no me besaba solo sentía su aliento cálido y su mirada clavada en la mía.

 

Impresionaba, se hacía desear y me gustaba mucho, me sentía dominada algo nuevo para mí, era dulce en su agarre pero a la vez intenso. Cuando note el esquinazo clavándose en mi cintura supe que había que rendirse del todo.

 

Me comenzó a morrear con ansia y deseo, para parar en seco y saborear mis labios dulcemente, ese cambio de ritmo arrasaba en mi de una forma especial me hacía ansiarle como nunca ansié a mi pareja.

 

Deseaba dureza a ratos y dulzura, deseaba algo nuevo que me inundara y lo hacía , él lo sabía sus manos empezaron a recorrer mi cuerpo alternando sitios, senos, cintura, caderas  y de repente agarraba mi coleta soltando mis rizos libres, agarraba la mata de pelo jugando con ella, acercándome más a él y besándome apasionadamente.

 

Me tuve que agarrar a  las cuerdas entrelazando mis muñecas en ellas para no caer ante su fuerza, el levanto mi camiseta de tirantes y con una rapidez pasmosa desabrocho mi sujetador, casi se tiro de cabeza entre mis grandes senos aspiro el aroma de mi perfume en ellos y comenzó a devorarlos, lamia, chupaba, besaba sin dar tregua y yo estaba super excitada mis pezones me delataban, mis respiración agitada también.

 


Me aupó metiéndose entre mis piernas las cuales enrosque en su cintura, podía notar pegada a mi sexo su tremenda erección, solo nos separaba la fina tela de mi malla y de su calzón de boxeo.

 

Si no hubiera tenido que estar agarrada a esas cuerdas se lo habría bajado para sentir en mi boca su erecto pene. Pero hizo algo mejor se empezó a rozar contra mí, si seguía insistiendo podría llegar al orgasmo solo así con sus roces, yo notaba que la humedad de mi sexo iba en aumento si en ese momento me hubiera introducido un solo dedo lo habría sacado empapado en mi esencia.

 

El calor me inundaba,  yo también comenzaba a sudar bajo aquella luz del gran foco y el resto tan oscuro, en ese ring estaba librando mi particular combate sexual

Solté una de las manos aun en volandas para tocarle, negó con la cabeza y seguía estrechándose junto a mí, mis caderas colaboraban moviéndose ya mi pubis se restregaba en su dureza haciéndola si cabe aún más notoria.

 

Estábamos llegando a unos extremos de deseo muy fuertes y se estaba despertando mi yo , él me dijo que me iba a saborear soltó su agarre, en cuanto me puse en pie le quite la camiseta y él se disponía a cumplir su deliciosa amenaza cuando le sorprendí y le empuje contra las cuerdas,  él fue el que se tuvo que agarrar a ellas esta vez, me arrodillé le separe las piernas y el baje el calzón su pene salió casi disparado y no pude evitarlo con premura la que da el deseo salvaje de la liberación por fin, lo agarre con ambas manos y lo lamí, mi ansia ardía y me apetecía más y más,  ser más dura hasta acabar engulléndolo de una forma lasciva mientras le miraba desde abajo, deseaba ver su reacción que era lujuriosa y muy erótica, succione con ansia más de la nunca tuve con mi pareja, era sexo, era lujuria sin más, era dejarse llevar hasta las últimas consecuencias.

 

Me agarro el cabello tirando un poco de él para frenar mis succiones, negó con la cabeza y me levanto por los hombros, yo pensé que ahora me haría lo que antes deseaba con lo excitado que estaba pero hizo algo mejor.

 

Besándome y sobándome me guió hasta un lateral del ring pegada a las cuerdas, de repente me giro colocándose a mis espalda, la flexibilidad de las mismas casi me hizo caer hacia delante pero él me sujeto por la cintura, sacando el calzón por los pies al mismo tiempo, se quedó desnudo para mí, el cuadro era de impresión y yo semidesnuda la camiseta arrugada y entrelazada con el sujetador dejando mis senos al aire,  la malla y las braguitas bajadas hasta los tobillos que  también me quite por los pies quedándome desnuda de cintura para abajo.

 


Abrí mis piernas invitándole descarada y subiendo mi trasero, accedió a mi vagina de una embestida sensacional, hasta el fondo sin avisar, recibiendo su espléndido tamaño en mí, se sucedieron penetraciones intensas y duras que me hacían casi gritar de placer y yo increíblemente le pedía más y más.

 

Y sin pensar en las consecuencias  llegando hasta el extremo, me deje llevar entre gemidos ese día, ese sábado cuando menos me lo esperaba, con quien menos me esperaba, volví a ser yo…contra las cuerdas.

 

 

Ayelen


jueves, 27 de agosto de 2020

Momento en Soledad

 


Alargo mi mano y tu no estas, pero aun te siento cerca de mi, hace apenas unas horas charlamos, nos sentimos no fue en persona era virtualmente pero…fue mucho más, tu voz, tu risa, tu tono en el que había tanto para mi

 

Estoy en mi cama como tantos días he despertado y he pensado en ti, la primera imagen que me viene eres tú, solo tú, siento calor y siento…en fin cariño  te siento

 

Y mi cuerpo reacciona al recordar tus palabras al pensar lo que pasaría si estuvieras aquí y mis manos de repente se mueven solas, estiro mis brazos acaricio con las yemas de mis dedos las sabanas y me descubro el cuerpo echando hacia atrás la que me cubre, no se porque pero necesito estar así al descubierto, mi cuerpo esta acalorado, mi piel casi arde cariño tan solo pensando en ti

 

Solo llevo una braguita de encaje negra de pierna alta con la parte delantera con forma de uve que deja ver que mi sexo esta depilado totalmente como te gusta a ti…

Porque lo depile para ti, para que cuando quieras saborearme este suave para tus labios

 

En la parte de arriba solo una camiseta amplia, debajo nada sin sujetador pero noto que mis pezones están erectos será tu recuerdo, sin duda lo es como desearía que los vieras, que los tocaras pero sabes cielo…lo haré por ti y no puedo evitarlo lo pienso y lo hago…

 

Primero por encima de mi camiseta un seno deteniéndome en el pezón esta endurecido es fantástico, eso me excita aún más  y cierro los ojos e imagino que eres tu…..mmmm…enloquezco y tan solo es el comienzo

 


Mi otra mano toca mi melena, acaricia mi cabello cogiendo un mechón y oliendo su perfume y la punta de mi lengua roza el cabello, mientras me acaricio los senos,  cambio al otro pero ya  cariño subo mi camiseta le dejo al aire y suavemente como lo harías tu lo acaricio, demorándome en el duro pezón rosado que tanto te gusta, toco su punta me lamo el dedo y vuelvo a tocarlo, ahora la yema de mi dedo de desliza con facilidad y te vuelvo a sentir…eres tu…cariño eres tu…me tocas tu, con mis ojos cerrados y sintiendo solo estas ahí tu

 

Es un suplicio encantador sentirte en mí, la temperatura de mi cuerpo sube, mi piel se calienta necesito desprenderme de esa prenda tú lo harías, yo lo hago por ti, lo siento como tu



 

Me libero de ella el aire del ambiente hace que mis aureolas se endurezcan mas pero no noto frío cariño estoy tan caliente

 

Ahora si, mis dos manos masajean a la vez mis senos, juegan con ellos, haciendo círculos deteniéndose en las rosadas aureolas  ¡Dios! te siento cerca, cada vez más mi piel es suave es excitante

 

 

Sin darme cuenta una mano se aleja de uno de mis senos tiene vida propia y está bajando sintiendo, recorre un suave camino directo a mi sexo acaricio mi braguita por encima, desde el pubis hacia abajo siguiendo la línea de mis labios vaginales, cielo estoy ya muy húmeda la tela esta empapada, sé que tu acariciarías pero también lamerías esa prenda llena de mi esencia

 


Al tocar jugando en esa caricia, las yemas de mis dedos se cuelan por el borde ya se llenan de mi fluido, suave y caliente y no puedo más mis manos actúan retirando esa prenda que tanto me estorba ya,  ahora cariño estoy totalmente desnuda para ti porque para mí estas tu aquí conmigo en todo momento, te siento

 

Mis piernas están totalmente abiertas, una mano acaricia esa suavidad del pubis tímidamente donde tú me besarías

 

Pero no se demora mucho no puede la entrada de de mi vagina se dilata, pide más, pide tus dedos y en su lugar los míos, acarician unos el clítoris , ese duro y excitado clítoris que necesita ser saciado, necesita ser saboreado, otros esa entrada secreta de mi vagina que tu descubres a través de ellos

 

Imagino tu lengua lamiendo con locura mi entrada como me has explicado tantas veces que lo harías, recorriendo mis pliegues, separando los labios de mi entrada, succionándome el clítoris, buscando mi aroma y mi sabor que tanto te gustan, bebiendo de mi y penetrándome con tu dura lengua sin tregua haciéndome gozar como nunca porque tu cielo eres el que me vuelve loca, esos labios que me saborean sin cesar



 

 

No puedo más te quiero dentro, me penetro con ellos, uno…dos…tres dedos…al principio suave después con mas urgencia y de mi boca sale un gemido, no es ahogado, antes solo eran respiraciones algo mas fuertes que iban en aumento tú las conoces cariño muy bien, son las respiraciones que tanto adoras, las que te hacen notar el comienzo de mi excitación, pero esto amor…es ya un gemido que sale de dentro de mis entrañas

 

 

En mi mente sigues tú mi lengua…la tuya, mis dedos…los tuyos, cielo ahora te siento más dentro de mi mucho más, te adoro, te necesito,  penétrame

 

Mi entrada ya inundada por ti,  incluso manchado las sabanas pide más te pide a ti y al no tenerte tomo mi vibrador para mi eres tú, es tu miembro, me coloco en la misma posición que si estuviera encima de ti a horcajadas como sabes que me gusta y juego con la punta de el en mi entrada. Pero se resbala y se introduce en el juego gimo y sé que para mí es tu miembro el que juega ahí conmigo y no puedo dejar decir en voz alta que te deseo, que deseo que me penetres ya lo hago y lo siento cielo no puedo más…mi excitación es enorme

Te deseo, me penetro hasta el fondo un grito sale de mí, lo dejo dentro un segundos y vuelvo a embestirme con él, ahora cariño te siento dentro,  ese movimiento de esa vara dentro de mi es la que deseo contigo siempre me vuelvo loca y cabalgo sobre ella como lo haría en ti…cariño eres tú y te pido mas en mi locura de placer y al borde de la locura entre convulsiones vaginales, llego al clímax cielo…gritando tu nombre…

 

Sonrió y con el aun dentro me tumbo sudorosa, agitada con el corazón a cien y mi vagina ardiendo, recuperada la respiración lo alejo de mi lo aparto y me abrazo a la almohada desnuda, relajada y quiero cerrar los ojos y soñar que eres tu pero con ellos cerrados fuertemente antes de volverme a dormir te lo digo casi en un susurro…pensando en ti…¡Te quiero…!



 

Ayelen

domingo, 2 de agosto de 2020

Sensaciones nuevas



Nunca pensó es más jamás llego a imaginar que eso podría pasarla,  ahora a tiempo pasado aun no lo creía la vida había vuelto a demostrarle que no se puede asegurar nada ya que a ciencia cierta nada es seguro.

Hacia poco meses que la conocía, si que hablar con ella por correo electrónico y en el foro había hecho renacer en ellas una profunda amistad, se entendían en muchos momentos en los que habían hablado, compartían las mismas inquietudes y los mismos miedos por las cosas de la vida por sus vidas propias porque en el fondo no dejaban de ser mujeres que  pensaban de similar modo y tenían los mismos deseos y el mejor de todos ser felices

Dulce llevaba tiempo sin ninguna relación conocida, si es cierto tenia sus escarceos y sexo con sus amigos, pero nada más en parte estaba harta, su cuerpo, su mente le pedían algo mas…le pedían sentir algo nuevo y diferente que la ayudara aborrecer o adorar su vida sexual

Afortunadamente el trabajo la acompañaba en su evasión trabajaba en una empresa dedicada al comercio de exportación con sede en Tenerife de perfumes.
Vio el cielo abierto, cuando su jefe le nombro jefa de equipo y le indico que la enviaría a  Canarias próximamente para acudir a unas reuniones importantes, serian apenas tres días pero la idea de escapar de ese tedio le encanto.
En un principio, no lo pensó pero que bueno sería conocer a Penélope, si es cierto eran sus nombres en el chat, no eran reales pero ellas se entendían
Cuando por el msn se lo comunico a Pe estaba encantada en esas conversaciones Dulce había visto el fondo de su amiga tantas veces que sabia que lo que decía era de corazón.

Saldría el lunes de viaje a  Tenerife, se alojaría en un hotel de El Medano un pueblo pequeño, discreto y costero, ya lo conoció de unas vacaciones pasadas, era tranquilo y relajante muy íntimo.
Su empresa no reparo en gastos, el hotel era bastante lujoso para ese pueblo tan pequeño.
Aunque la sede de su empresa estaba en Los Cristianos, pero eligió el pueblo por su silencio y paz además le traía gratos recuerdos de su visita anterior

Estaría hasta el miércoles, esperaba poder ver a Pe la verdad la apetecía conocerla en persona, ella por su parte trabajaba en una empresa de inmobiliaria y cosas del destino quizás le dieron la opción de ir a supervisar una sucursal en Tenerife y acepto sabiendo que al menos un día coincidiría con Dulce.

Llego al aeropuerto de mañana temprano, hasta la tarde no acudiría a la primera reunión.
La habitación con cama de matrimonio amplia, un baño espectacular y una sala adjunta a modo de pequeño saloncito con su cómodo sofá.

Mientras, en el hilo musical sonaba


deshizo su maleta, ropa fresca, vestidos, zapatos, sus cosas de aseo y su inseparable compañero últimamente su vibrador suave, liso, largo, grueso y delicado…lo guardo en la mesilla, no lo necesitaría, estaría muy entretenida y ese cambio de aires la haría olvidar la añoranza de un hombre de verdad que valiera la pena en su vida había encontrado tan pocos últimamente…



Después de  tomar un bocado rápido y una ducha llamo a Pe al móvil, ella le comunico que llegaría el martes se alojaría en Los Cristianos así que coincidirían y en la noche quedaron para cenar después de sus compromisos laborales.

Esa tarde transcurrió entre documentos y reuniones, pero concertó con la gente de la oficina, que el martes acelerarían esas reuniones, ya que necesitaba parte de la tarde libre, para prepararse para la noche.

Era coqueta, se exigía personalmente mucho y quería agradar a su amiga. Así que ese martes acelero el trabajo y llegadas las 18:00 horas dejo la oficina, para ir a su hotel. Se baño, perfumo y se vistió hacia buen tiempo, eligió un top negro de encaje y una blusa de tela transparente a modo de chaqueta, una falda mini y unos zapatos de salón de tacón de aguja y puntera, todo negro, su melena rizada larga suelta y unos aros negros con brillantes pequeños incrustados.

Se dirigió en el Volvo plateado que alquilo para esos días a un restaurante marinero en el que había quedado con Pe.
Cuando entro, ella ya se encontraba en la mesa esperando, tomando un vino blanco.

Sonrió, al ver a Dulce era tal y como la imaginaba incluso más bella, atractiva, sensual y femenina. En su cara, ojos preciosos, labios sensuales, maquillada con naturalidad y elegancia, destacando su feminidad al máximo

Sonrieron alegres y  francas, cuando Dulce avanzo, se abrazaron y besaron en la mejilla, la alegría era mutua, habían bromeado sin conocerse, compartido penas, se apoyaron todo eso demostraron en esa sonrisa y ese abrazo.

La cena fue muy amena hablaron de todas sus bromas en el chat, de sus vidas privadas, de sus parejas pasadas de todo, tenían tanto que contarse, que a veces…jajaja…hasta se interrumpían.
También al llegar a temas dolorosos que los tocaron, tomando una copa después de la cena en un pub relajado y tranquilo hablando esos temas se abrieron en cuerpo y alma desnudando sus sentimientos

Tenían ansiedades respecto a sus vidas personales y sexuales…que bien se entendían, cuanta insatisfacción, cuanta falta de atención y de valoración, por parte de los hombres que habían pasado por la vida de ambas.

Y surgió como de la nada, ella estaba triste, una relación que había comenzado hacia poco la tenía desatendida y la fija no la valoraba lo suficiente, por ella habrían estado más tiempo. No quería ni volver a su hotel y Dulce sin pensarlo se lo propuso

-Ven a dormir conmigo esta noche, así no estaremos solas y podremos habla más.

Y así lo hicieron…

Ya en el hotel se sintieron mas cómodas se quitaron los zapatos y se sentaron en la cama como unas colegialas en una fiesta de pijamas, rodeadas de golosinas que habían cogido del mueble bar, seguían charlando como si se conocieran de toda la vida

Pe iba preciosa pantalón negro recto pero entallado, en la parte superior camisa blanca delicada desabrochada los dos primeros botones dejando ver su llamativo canalillo

No sabía porque pero había llegado el momento…algo estaba invadiendo el ambiente, fue al tocar el tema del sexo, ellas si lo habían hablado muchas veces, tenían una espina clavada dentro, una curiosidad ambas nunca habían intimado con una mujer y entre la curiosidad, el ambiente y alguna copa suave que de ningún modo les nublaba la razón en absoluto, solo para perder la vergüenza, se preguntaron ambas como seria besarse

Y así lo hicieron, al principio torpemente, juntaron sus labios suavemente, sin tocarse los cuerpos, sin rozarse siquiera allí arrodilladas en la cama y erguidas de cuerpo solo unidas por sus labios y el ambiente se torno muy cálido de repente 

La mezcla de perfumes de mujer era abrumadora, sensual y tremendamente femenina de fondo “Claro de Luna” Debussy, le daba el toque  delicioso ambiente tranquilo y sensual que necesitaban en esos instantes



(A partir de aquí si lo deseas lee con la música de fondo la intensidad de la lectura sera mayor...)



Se dejaron llevar, sus labios se abrieron en su segundo beso, menos tierno más intenso, jugaron con sus labios, se buscaban, sentían la suavidad de sus  bocas y su sabor. Sus lenguas exigían también participar y acudieron la una a la otra y se descubrieron, se saborearon eran dulces, recorrieron hasta el último rincón de la calidez de su interior ese interior que ya era fuego

Ya por entonces sus manos habían empezado actuar con caricias, se fueron recorriendo ambas al unísono, la cara, el cuello, el cabello la una rizado, la otra liso, sus cuellos tersos y no dejaban de mirarse, intentando descubrirse, ambas estaban a gusto con esa locura que estaban comenzando

Sin mediar palabra solo sonriendo a ratos dulcemente, se fueron desnudando.
Dulce tomo la delantera, desabrocho botón a botón la camisa de Penélope, la echo hacia atrás acariciando sus preciosos hombros con delicadeza, dejándole su exquisito sujetador de encaje al descubierto. Su pecho era perfecto talla 95, alto, erguido, se apreciaba a través de la transparencia del encaje sus pezones ya erectos con un color precioso mas oscurecido y una aureola generosa.

Pe hizo lo mismo con Dulce desabrocho la camisa de seda negra transparente, dejándola con el top, ella no llevaba sujetador, la prenda por su diseño permitía la sujeción adecuada para ello, para la talla 105 que ella usaba

P busco con sus dedos el tacto de esos pezones, metiéndoles por el borde de la parte superior del top, y bajándole dejo al descubierto uno de ellos erecto más pequeño, mas rosado, pero con una dureza que como alguien del foro, exagerando claro esta, dijo que con una camisa de seda muy fina, esa dureza podría rasgarla, sin duda bromeaba esa persona al decir aquello…pero en ese momento de tan erectos que estaban por las caricias de pe podría ocurrir

Sentían la necesidad de tocarse, de notar esa suavidad de sus manos, ambas sin poder esperar mas se quitaron a si mismas aquella opresión que ocultaba tan precioso secreto, se miraron, sonrieron, se acariciaron, se besaron

Su excitación estaba llegando a limites insospechados, las dos húmedas en extremo, comenzaron a explorarse con sus manos, su lengua, sus senos y sus aureolas pero querían más…

Sin mediar palabra de nuevo, retiraron los restos de chucherias de la cama y se tumbaron una junto a la otra, ruborizadas y divertidas, bromeaban sobre el momento vivido, pero colocándose frente a frente, mirándose a los ojos se besaron de nuevo esta vez con mas ansiedad si cabe…el hielo se había roto del todo

Primero una Dulce desvistió del todo a Pe, dejando su blanco y pulcro tanga al descubierto, en el cual se adivinaba una fina línea de vello castaño suave, no pudo evitar tocarla por encima de él, estaba humedecido ante su toque un leve gemido salio de la boca de Pe
Necesitaba continuar, recorrió el dibujo triangular de su tanga, sin dejar de mirarle, era algo tan nuevo para ella, no sabía si lo hacía bien solo se dejaba llevar por lo que sentía pero quería su aprobación, quería verla con sus ojos...su expresión



Con la delicadeza, la que solo puede dar una mujer al saber que eso mismo desearía para ella introdujo sus dedos por su tanga, retirándolo había un lado y acaricio con las yemas su suave y húmedo vello púbico, Pe cerraba los ojos disfrutando del momento sintiendo quien sabe quizás más que en cualquier otra ocasión con un hombre

La novedad, la prohibición, el deseo y la ansiedad, unido aquel placer, anulaba cualquier pensamiento y bajaba hacia su clítoris palpando su generosa humedad…

Dulce necesitaba mas, masajeo el clítoris de Pe suave primero, pero los movimientos y arqueos de ella de sus caderas pedían mas, utilizando sus dos manos, con una masajeaba y con la otra introdujo  sus dedos en ella, uno, dos dedos…siguiendo un movimiento suave que se aceleraba con cada gemido ya ahogado de Penélope y cuando noto que llegaría la clímax si no paraba, bajo su boca casi con vergüenza, no sabia si lo haría bien hasta ahora solo había hecho felaciones y sabia que ser buena en ellas…pero jamás había probado en el sexo de una mujer, pero el de ella le atraía tantísimo…que no podía mas que desear probarlo con urgencia, separo sus labios vaginales, le pareció precioso, rosado, estaba empapada de su humedad dispuesta…y la probo fue…genial

Lamió con desesperación, succiono su clítoris, de una manera casi ansiosa, su amiga estaba desesperada sus movimientos indicaban que la deseaba dentro de ella si hubiera sido posible, la penetro con su lengua hasta donde pudo Pe soltó un pequeño grito, estaba fascinada, D la dejaba en el punto mas álgido y paraba era un suplicio encantador para ella



Dulce se aparto un segundo, tomo de la mesilla su vibrador, absolutamente limpio y se lo introdujo a Pe, haciéndole gemir muy alto el vibrador entraba y salía, lento, después más rápido Pe marcaba el ritmo con sus caderas sus manos arrugaban la colcha con una mano penetraba y con la otra masajeaba su clítoris, hasta hacerla llegar uno de sus mejores orgasmos

La satisfacción de ver llegar a Pe de esa forma casi la hizo llegar a ella también
Para ese momento su humedad era extrema, su tanga negro estaba empapado Pe sonrió y con una palmadita en la cama, le indico que se tumbara ahora le tocaba a ella casi tembló  cuando lo hizo…era nuevo para ella, era mágico pero ¡Dios! lo deseaba más que a cualquier hombre en ese momento

Pe comenzó quitándose el tanga, Dulce tumbada se dejo hacer, deseaba que la hiciera su amiga después de quitarle la mini y el tanga negro, gateando de dirigió a su boca y la beso con intensidad, la que da el agradecimiento de haber disfrutado de un buen sexo Noto el sabor de su sexo en los labios de Dulce, era delicioso, se lamieron, se mordisquearon la boca de nuevo

Era excitante ese contacto, Pe se tomó su tiempo fue recorriendo con su lengua, lóbulos, cuello, clavícula, senos, aureolas y bajaba hacia ese centro nunca descubierto por una mujer y la fascinaba la idea, se abrió de piernas en el instante en que ella se acercaba con su lengua, su humedad caía entre sus manchando la colcha, estaba preparada para ser degustada por ella lo deseaba como nunca…



Pe le beso, le lamió, succiono su clítoris de tamaño generoso que sobresalía burlón entre sus labios vaginales, les separo para mejor acceso y le hizo gozar con esas succiones y en un momento intimo como jamás sintió, la penetro con su lengua, que para Dulce era como fuego y bebió de ella lamió con desesperación y D jadeo, gimió rayando la locura, Pe intento darle mas placer cogiendo el vibrador pero su amiga le paro su acercamiento con su mano, la hizo tumbar, quería que soltara el juguete, quería tenerla a su lado y frente a frente, tumbadas se besaban se acariciaban, se rozaban y jugando con sus dedos en sus sexos llegaron al orgasmo al unísono, D su primero P su segundo

Cuando sus gemidos que se solapaban, ahogados por sus lenguas, por sus labios y sus respiraciones agitadas dieron paso a una relajación absoluta, comiéndose con los ojos, con apenas ahora un roce de labios muy tierno se dijeron:

-Pe nunca lo olvidare…encanto

-Dulce...cariño…idem

Se levantaron en silencio y agarradas de la mano se dirigieron a la ducha entraron juntas, una primero después la otra, el espectáculo era precioso, bonitos y torneados cuerpos femeninos desnudos, el agua recorriéndoles, cayendo por ellos, eran belleza, eran sensualidad…eran en ese momento amantes…



La noche fue larga y ellas gozaron mucho, disfrutaron de ella…sabían que al día siguiente cada una tomaría su camino pero su asignatura pendiente, había sido saciada y ambas pensaban que fue con la mujer adecuada

Pensaban solo pasaría esa vez o no…lo que si estaba claro es que se abría un mundo de sensaciones nuevas para ella que seguiría explorando pero eso es algo que otro día os contare…

Ayelen

viernes, 24 de julio de 2020

Seducción en la Noche IV Final - Relato a Dúo de Orestes y Ayelen



Sabía lo que había ocurrido aun en mi extasiado orgasmo y ahora lo deseaba quería eso siempre para mi, apenas le conocía pero le sentía como si fuera desde hace tiempo una parte de mí, era ilógico lo sé pero no me importaba, en mi vacía vida sin conocer el verdadero amor, siempre dando tumbos y escuchando promesas vanas él había aparecido en mi vida y había despertado esa mujer que estaba dormida en un sueño eterno de insatisfacción

Sé que era muy pronto solo una cita bueno ni eso, pero no sé si por su atracción vampírica o porque podía ser sentía esa pasión y ese llamémoslo amor que arrollaba todo mi ser

Aunque tomó la vida en forma de sangre de mí en esos instantes, me había dado tanto de él que ya no necesitaba más, lo tengo todo o casi todo se había convertido en parte de mí, bueno…aun no

Que oscuridad nos rodeaba sin embargo en sus ojos que parecían vacíos antes de llegar yo ahora hay luz, le hice revivir me lo decía en adorables susurros



Que silencio que paz obligada por el lugar no en nosotros sino en los que nos rodean…ellos son testigos silenciosos de nuestra pasión  de nuestro deseo…han escuchado allá donde estén nuestros gemidos, han escuchado algunos sin duda nuestros pensamientos si son como él…

Hay quietud, mas nuestros cuerpos hablan con deseo con ansia de mas, insaciables, expectantes, deseando ese algo más que nos unirá para siempre y le toco, le deseo y le siento caliente aunque no suele ser cálido por su situación ahora sí lo está

Y me dijo…

-Es la hora de ser uno, de que seas lo que he buscado, llevo mucho  tiempo vagando y hacía años que no sentía algo así, esta conexión, este conocerte desde siempre sin saberlo…. ¡Por fin te encontré!

-Si…quiero ser tuya para siempre… Yo también vague sin rumbo ¡Nos hemos encontrado!

Después de habernos disfrutado hasta la saciedad, de diversas formas, después de que nuestros labios, lengua después de devorarnos con pasión lujuriosa, deseamos más….que fuego desprendía ese lecho tan frío, que morbo sentí, era el preludio de una vida con él

Deseaba que en el entorno mas frío esa vez fuera sin igual…porque si lográbamos hacer de ese lecho tan especial y helado un volcán de sensaciones, era señal de que cualquier lugar para nosotros sería vida dentro de la oscuridad de su mundo

Agotada…casi agotada tendida sobre él le mire, segundos antes fui el alimento de su pasión, su alimento, suya
Le mire con deseo, el de ser parte de él , el de compartir, el de probar…leyéndome el pensamiento dijo


 - Elige el lugar soy tuyo pruébame y sáciate. Yo ya te probé y ahora si tú lo haces  sellaremos para siempre

Recorrí su cuerpo con la mirada era perfecto,  era tan especial su piel de ensueño con el color de una luna llena….era perfecto, casi me daba miedo tocarlo ahora temía que desapareciera aunque sabia que ya jamás lo haría y menos después de esa noche

Aunque no tocaba su cuerpo se que sentía tan solo con mi calida mirada mas que si fueran mis manos las protagonistas en ese momento lo sabía, le sentía, me sentía

Era bello, era eterno, unas lágrimas brotaron de mis ojos pensé en ese momento que quizás después de esa noche ya no podría llorar jamás, quizás ya no podría demostrarle así mis sentimientos, mas no importaba pues sabría que mis sentimientos serian eternos y mas por el, esos ya jamás cambiarían.

Bese sus labios, ahora si comenzaría mi recorrido por el que cálidos los sentí, me pareció sentir ardor en su piel, si sé que es imposible pero lo sentí, le mire un segundo antes de continuar necesitaba su confirmación, su permiso y aunque me lo dio antes de palabra, quería sentirlo en su mirada y me confirmo.


Le llenaría de besos pequeños y tiernos antes de decidir y así lo hice, no quería que averiguara donde seria el lugar donde tomaría lo que me ofrecía para nuestra unión, mis manos no podían quedar inertes ante su cuerpo a mi merced y comencé acariciarle mientras mis labios se saciaban con besos mis manos acariciaban esa piel de mármol que adoraba por momentos

Su mirada se tornaba mas oscura pero no me daba miedo ya no, nunca me lo daría porque sería la mía también así después de probarle, la calidez en mi aumentaba a pesar de haberme dado placer hacía apenas unos minutos , era tal poder de seducción que tenia y el que sentía que aun sin utilizar los suyos estaba embrujada por el

Y le empecé a desear con una fuerza inusitada, pero esta vez era necesidad de Orestes  no de sexo aunque estaba unido ahora estaba casi unida a el, me sentía su dueña, me ofrecía algo que me daría un poder especial y lo tomaría ya


En mi recorrido hacia el lugar elegido me topé con su sexo increíblemente erecto aun, no pude evitar saborearlo unos minutos sentir esa dureza en mi boca era un lujo enloquecedor, estaba cálido quizás por mi sangre o por la suya que ahora intentaba tener su lugar en esa frialdad de la muerte



Mi boca ayudada por mis manos comenzó hacerle una felación como jamás hice a nadie nunca.
Sentí una necesidad de darle placer muy intensamente adore su mirada negra era profunda era lasciva, sus colmillos ahora algo manchados de mi sangre me parecían eróticos, le quería poseer para siempre, succione con ansiedad la que da la pasión desbordada del momento, de la situación y con la yema de mi dedo elegí el lugar donde quería unirme a él…justo en la vena femoral donde casi creí percibir su pulso, su vida

Casi al borde del orgasmo, con una uña metálica tremendamente afilada que apareció de la nada se  rasgó ese sitio elegido por mi y un fino hilillo de sangre broto de allí y sin dejar de mirarle a sus oscuros ojos acerque mi boca y la punta de mi lengua lamió tímida comprobando su calidez, apenas una lamida y sentí algo nuevo en mi, algo me obligaba seguir




Sentía deseo y ansia por ese ser increíble, le necesitaba quería saciarme de el y lo hice ese sabor salado de su sangre me fascino, lamí intenso succione mientras notaba su duro falo a punto de estallar en un orgasmo mas allá de lo vital



Esa combinación de mi mano en su sexo y de mis succiones ya enloquecedoras le hicieron llegar a un orgasmo tremendo en el que involuntariamente movía sus caderas

Y entonces ya le sentí dentro de mí  a través de su sangre , mi cuerpo cambiaba lo note frío pero ardiente a la vez, me separe de la fuente de vida de mi amado, yo ya era otra…seguro que mi mirada era oscura porque él sonriendo deliciosamente me lo confirmo que ya estaba cambiando, no sentí dolor, ni vacío, era una increíble calidez, un poder inusitado, una certeza de que mi vida comenzaba, era como volver a nacer…




Me aparte lo justo de su rasguño que automáticamente se cerro como por arte de magia y la vi…seguro que con lo que fuera que abrió esa línea de vida para mi dejo caer una gota en el, su glande de un color rosado apetecible tenia una gota de sangre….acerque mi lengua y lamí, esa mezcla de vida y la de su esencia me lo confirmo ahora si …si es que en esa vida oscura a la que habíamos dado luz para siempre existían, había ocurrido era simplemente una FUSIÓN DE ALMAS, nuestra fusión

Y a lo lejos una melodía de no se sabe donde sonaba como colofón casi dedicada a nosotros, mirando en nuestro interior…era el comienzo de un AMOR SIN FIN


                                                       Fin


Esperamos que hayáis disfrutado de nuestro relato a dúo


Orestes y Ayelen

martes, 21 de julio de 2020

Seducción en la Noche III - Relato a Dúo de Orestes y Ayelen


Continúa Orestes

Dirigí mi mirada hacia sus ojos lastimeros y asustadizos dando ese aire de tranquilidad que añoraba en esos segundos. Bajé los tres escalones que me separaban de estar frente a ella y con ambas manos acaricié el dorso de sus temblorosas manos con esa ternura que necesitaba en ese momento.

Le debía una explicación de aquello de lo que huía, de ese temor que había recorrido su cuerpo toda la noche pero que en aquel instante de fogosidad extrema había experimentado en sus carnes.

 Dándole un beso en la mejilla le invité a que me acompañara hacia el interior del jardín dejando el porche trasero atrás y adentrándose en ese jardín tenebroso rodeado de lápidas de granito.

 Se podía observar grabado en ese imperecedero material las inscripciones de los familiares caídos tiempo atrás por el inexorable paso del tiempo.

Muchas de las fechas databan de bastantes siglos atrás por lo que Ayelen se hacía muchas preguntas conforme nos acercábamos al centro del cementerio, donde se alzaba un majestuoso mausoleo romano que había mandado construir en memoria de los mortales y en cuyo interior se podía apreciar la silueta de una tumba de mármol de color rojizo.



 El Mausoleo no tenía ningún tipo de pared que lo separa del exterior sino que estaba bordeado por ocho columnas jónicas que sujetaban una techumbre abovedada en cuya cúspide un pináculo dorado señalaba el cielo.

Se podía acceder al mausoleo desde cualquier parte del jardín gracias a la libertad de acceso que las columnas permitían al visitante. Al entrar en el mismo se podía ver una serie de frescos que adornaban de forma pictórica el cielo abovedado de la estructura comparable en belleza al mismo San Pedro de Roma.


Me senté en la fría lápida de mármol haciendo ademán de que mi acompañante se pusiera cómoda al lado mío para contarle mi misterioso secreto. Ella se acomodó a mi izquierda y con la mirada fija seguía cada palabra que salía de mi boca sobre mi oscuro pasado.




Todo comenzó hace siglos, en el año 1456 durante la soberanía de Vlad Draculea en el sur de Rumania. Vlad, más comúnmente llamo el “empalador” sembraba el terror entre sus súbditos y enemigos siendo considerado un tirano sangriento por la crueldad con la que asesinaba a sus víctimas.

 Contaba la leyenda que había hecho un pacto con el diablo para suceder a la corona y que a cambio debía pagar un precio en almas durante los años que reinase. El diablo lo marcó como su heraldo en el reino de los vivos y su descendencia estaría maldita para el resto de la vida.

Vlad tuvo dos hijos Nosferatu y Drácula, los cuales desde su nacimiento llevaban claramente la marca del diablo en su cuello a modo de dos pecas negras que emulaban el mordisco maldito. Pero tener descendencia suponía una serie de inconvenientes para sus hijos ya que debido a la madre humana deberían pasar penurias en la noche y beber la sangre de los vivos para poder sobrevivir a cambio de vivir una vida longeva. Vlad escondió a sus hijos en el interior del castillo hasta que pasados bastantes años hubieron alcanzado la madurez. Una noche, en su dormitorio fue asesinado por sus hijos de la misma forma que asesinó a tantas personas…con una estaca clavada en el corazón para de este modo hacerse con el trono de Rumania.

Tras la muerte del tirano, ambos hijos subieron al poder y sembraron el terror por el este de Europa.
La inquisición de Roma, viendo el poder que estaban consiguiendo los dos hermanos creo un pequeño ejército para acabar con la herejía que se estaba cometiendo en estas tierras aniquilando a la mayoría de los no muertos que se encontraron a su paso. Los dos hermanos y un pequeño reducto de seguidores se dispersaron por toda Europa para esconderse de la persecución.



Las gentes de esa época los llamaban “vampiros” por su vida maldita bebiendo sangre para poder mantenerse activos. Muchos de los seguidores que sobrevivieron a la matanza fueron convirtiendo a lo largo de los siglos a humanos en vampiros impuros.

Sin embargo los dos hermanos descendientes escogían a hermosas damas para concebir sexualmente a hijos puros para que su extirpe de sangre no desapareciera por culpa de los vampiro impuros.
Muchos de los hijos no nacían vampiros pues los genes humanos de la madre predominaban a los del padre por lo que la semilla maldita se manifestaba en dones que la gente normal carecía.

 Pero mucho de esos niños llevaban el gen maldito que no se manifestaba hasta generaciones posteriores. Es lo que ocurrió conmigo…nací con el gen maldito que supuestamente Drácula introdujo en mi familia siglos atrás. Así que aunque me veía en el cuerpo de un treintañero mi nacimiento se remontaba al 1632…mi vida transcurría lentamente y veía envejecer y morir a mis seres queridos, a los cuales no quería legar mi oscuro destino.



Ayelen escuchaba maravillada toda la historia que le acaba de contar sin salir de su asombro. Había visto y leído muchas cosas sobre vampiros en cine y libros pero no pensaba que las fuentes de estos escritores y cineastas fuera tan verídicas. Tras la narración de mi historia se sintió mucho mas relajada y el temor que la inundaba minutos atrás desapareció por completo.

 No se podía creer que estuviera al lado de ese ser tan fascinante y al mismo tiempo tenebroso. Ni la mejor novela de crepúsculo podía hacerle sentir lo que Orestes le producía en ese instante…era real…estaba al lado suyo…podía acariciarlo…no era un espejismo fruto de las horas de lectura que había pasado noche tras noche.

Después de unos minutos de silencio que resultaban incómodos apoyo su cabeza en mi hombro dando ese suspiro que llevaba dentro de su cuerpo durante parte de la noche. En es momento mi mano acarició su melena para que mis dedos se perdieran entre la multitud de rizos que sobresalía en todas direcciones. Bajé mi mirada hacia los restos de ropajes que aún la protegían de la desnudez



Aquella ropa doblada por la presión de sus manos que ocultaban ese parte de ese hermoso cuerpo que minutos atrás había podía contemplar en todo su esplendor…Mis manos se deslizaron por su cuello hasta rozar las suyas que del nerviosismo dejaron de presionar su ropaje cayendo al suelo y dejando al aire ambos senos.

 Los cuales debido al frescor de la noche y a la fría lápida sobre la que nos sentábamos habían hecho crecer ambos pezones de forma alarmante. Era tal dicha erección que la dureza al tacto de mis dedos me producía una serie de sensaciones que hacían endurecer el bulto que mi pantalón dejaba adivinar.

No podía frenar mis instintos en ese momento, me arrodille agarrando ambos pechos con mis manos mientras apartaba los restos de ropa que cubrían su sexo, dejándola a merced de la fría lápida. Su cuerpo se estremeció al sentir la frialdad del mármol pero aun se estremeció más cuando mis manos bajaron de sus pechos a sus muslos separando ambas piernas para que su tímido sexo me mirara deseoso.

Su cuerpo se arqueo hacia atrás apoyando ambas manos en la lápida mientras mi boca seguía el rastro que dejaba su humedad por la parte interior de sus muslos. Al final del destino mi lengua salió de mi boca y fue rozando cada porción de esos pliegues que ocultaban lo más íntimo de esa mujer. Palmé cada parte de su sexo con delicadeza mientras su cuerpo se excitaba y empezaba a desprender calor por cada poro de su cuerpo.



 Su espalda finalmente cedió a las arremetidas de placer apoyándose contra lápida mientras sus piernas se cerraban como cepos contra mi cabeza aprisionando mi boca contra su sexo. Mi boca lamía sin cesar esos labios mientras mi nariz respiraba la humedad que manaba de su interior.

Tan sólo podía respirar su sexo en ese momento mientras sus gestos de placer sobre la lápida hacían tambalearla de un lado al otro jugando con el borde de la misma. Mis dientes cada vez más afilados rozaban en ocasiones su sexo y el pequeño botón que con gran habilidad mordía sin dejarme llevar por mis instintos.

En cada arremetida que mi lengua daba en su sexo mi entrepierna se iba oprimiendo en el pantalón. Sólo mis manos desabrochando el botón desahogaron toda esa ansiedad que se moría por salir en ese momento. Mis labios dejaron de saborear de esa preciosa fuente que no dejaba de brotar humedad y besando la entrepierna fueron disimulando lo que mi sexo anhelaba en ese instante, introducirse y perderse dentro de ese manantial de dulce deseo. Me incorporé de pie apartando sus piernas a los laterales y agarré la base de mi pene y la fui guiando hasta que en el borde de su sexo empecé a rozar todo mi glande por la superficie del mismo.

Ella notaba el frío pene como golpeaba las paredes internas del muslo intentando introducirse en su interior. Cuando al final ambos sexos si hubieron fusionado empezó a gemir de forma acusada debido a la dureza de mi erecto falo, que una y otra vez se introducía en su interior sacando toda la humedad que se depositaba en la salida de su sexo.

 El deseo me confundía con las ganas de poseerla, mis caderas se movían fuertes contra su cuerpo postrado en la lápida deslizándola con mi poderosa pelvis por toda su superficie rozando los límites de la misma. Notaba como el músculo duro se dejaba llevar por su instinto atravesando sus paredes vaginales de una forma casi melódica en el chapotear de su sexo. Sus gritos se agudizaban en cada penetración de tal modo que me entraban unas ansias enormes de abandonar mi estado “humano”.



 No podía controlar mis deseos cuando el orgasmo se acercaba y mi erecto pene alcanzaba subía de temperatura haciéndome hervir mi fría sangre.
En esos segundos finales mi peso cayó con dureza sobre su cuerpo mientras en las últimas penetraciones mis afilados dientes fueron dejando su marca desde ambos pechos hasta su cuello buscando esa debilidad de mi ser.

Un grito enorme salió de su boca confundiendo mi mordisco con el orgasmo de ambos hundiendo sus uñas en mi espalda y con la mirada extasiada hacia los frescos de la bóveda. Su sangre se deslizaba por mis labios en pequeñas cantidades mientras disfrutaba de mi orgasmo con el deleite de su sangre en mi paladar.

 Era una sensación muy erótica que confundía mis sentidos y hacía que mi temperatura corporal fuera subiendo equiparándose a la de mi compañera. Ella con las manos agarrándose su sudada cabellera, me miraba deseosa de que hiciera algo más…ambos sabíamos que es lo que deseaba…pero dicha encrucijada comprendía muchos motivos por los que no debía hacerlo pero otros de mayor peso…que sellaban la poca conciencia que me quedaba en esos minutos….

Continuara...