domingo, 19 de marzo de 2023

A TODA VELOCIDAD


No se cuanto tiempo hacia que no nos veíamos diez años o mas es cierto que significaba bastante en mi vida aun le recordaba como aquella vez, entonces yo estudiaba aun en la escuela de artes y el obligado por las circunstancias de su casa trabaja y estudiaba a la vez

 

Recuerdo cuanto me gusto en cuanto le vi Juan Carlos que ojos negros nunca había visto ningunos igual era tan joven entonces y tan inexperta

 

Y su pelo que color negro y con un brillo excepcional pero lo que me volvía loca era su sonrisa que dientes ¡Dios! y que labios perfectos, dibujados y con una sonrisa que desarmaba

 

La verdad sea dicha, se que pasamos tiempo juntos sin llegar a salir al menos de manera formal, recuerdo que hubo besos, caricias y sentimientos encontrados más nunca hubo sexo entre nosotros aunque el deseo era mutuo, en fin eran otros tiempos incluso al sexo se le otro valor, tenía que haber sentimientos, sexo por sexo no…nunca

 

Lo que si es cierto es que esas caricias nos excitaban mas que una penetración, nuestros cuerpos despertaban un deseo reprimido por la edad, por el momento, por las inseguridades solo teníamos 18 y 19 años que no son como los de ahora eran más inocentes ahora JC es todo tan fácil, ¿Habría sido ahora diferente en esta época entre nosotros?

 

 

Le había recordado hacia poco mirando viejas fotos, era guapísimo y una gran persona cuanto me gustaba, pero no sé porque dejamos de vernos supongo que tan importante no fue para mí ya que no recuerdo el motivo…

 

 

Y es extraño tanto sin saber de  él, tanto sin pensar en él y el destino que caprichoso es

 

Esa mañana me levante con la hora pegada había salido de juerga por la noche y bueno me costo un triunfo levantarme de la cama, me tocaba abrir la tienda y ¡Jo! que pesadez acostumbrada a turno de tarde estaba muerta

 

Suelo coger el metro pero es esta mañana tuve que coger un taxi era muy tarde, el día la verdad transcurrió lentísimo y llegado el mediodía vi el cielo abierto, comí en casa y descanse me acerco un amigo a casa hoy no había cogido el metro ni una vez, este destino que juguetón

 

Pero por la tarde si lo hice, tuve que regresar había problemas en la tienda que resolver, a pesar de haber acabado mi turno y bueno fue ajetreado así que liadísima cuando acabo y tocaba regresar a casa eso de tomar el metro me mataba, necesitaba relax, mucho relax

 

Ya era tarde no había casi ningún viajero en el andén solo los últimos como yo, yo sabia que esa estación era donde se hacia el cambio de conductor y me ponía nerviosa tardaban mucho quería llegar a casa

 

Entonces fue cuando le vi por detrás de espaldas paso cerca de la puerta me dio un vuelco, no se temía confundirme había pasado tanto tiempo pero esos andares elegantes y rectos, ufff nunca se olvidan

 

Arriesgándome al ridículo le llame, en un momento dado se giró mirándome como recordando, desplego una sonrisa de ensueño y se dirigiste a mí.

 

Sus intensos ojos miraban igual, sus labios seguían siendo los mismos con ese tono oscuro marcado, precioso

Yo esperaba dos besos en las mejillas pero me abrazo con tal intensidad que pensé que perdería la respiración, sonreí y casi quejándome con un ¡AY!

Me soltó y  se disculpó ahora sí, solo un beso en una mejilla suave e intenso que hizo a mi cuerpo estremecer, recordando

 

 -¿Como estas “Lady”?- así me llamaba, no imaginaba volver a encontrarme con el – cuéntame, dime, háblame

 

-Para...para - conteste

 

 Su ansiedad preguntando me hizo ver que el adolescente que en el pasado conocí seguía ahí dentro de él, aunque su cuerpo era diferente…

 

Le observe, mas fornido, su clavícula la cual siempre había adorado marcada y bella dando paso a un torso el cual marcaba algo esa camisa pero que aunque intentaba ocultarlo no podía.

Los pantalones dejaban apreciar unas piernas marcadas y fuertes de forma increíble y duras, sin duda seguía practicando atletismo ¡Dios mío! No había pasado el tiempo por el estabas igual o aún mejor…

 

Por su parte con esos ojos negros fijos siempre que me fascinaban, me escrutaban y observaban con la ansiedad que tan bien conocía demorándose en mi escote marcado, en mi ligero vestido de tirantes sabia que siempre le habían gustados mis senos ya que en nuestros descubrimientos amatorios de adolescentes se volvías loco con ellos con su boca, sin darme cuenta al recordarlo mis pezones se  endurecieron

Bajo con la mirada fue cuestión de segundos, pero recorriste hasta los tobillos

 

No nos dimos cuenta que en nuestro encuentro la gente  se impacientaba, nos olvidamos que era el cambio de conductor del tren y que ese conductor eras el

Y con una sonrisa me cogió de la mano y me llevo hacia la cabecera del tren hacia la cabina del conductor no me lo podía creer pretendía que entrara allí con el.

 


Me deje llevar por su locura era un cubículo pequeño y lleno de botones, palancas y relojes, no podía ni imaginar como se aclaraba con tanto lío y teclas pero fue entrar y me indico que tomara asiento en un rincón y tomo los mandos, el verle manejar aquello no me sorprendió porque siempre fue muy bueno en lo manual…

Pero si le vi impresionantemente seguro, llevaba las vidas de muchas personas en sus manos con mucha seguridad y estaba segura con el

 

En unos minutos no le quise ni hablar, no quería despistarle pero una vez comenzado el trayecto me dijo

 

-Habla un poco cuéntame de ti- dijo sonriendo y clavándome su mirada

-Uff…hay tanto que contar

-Si lo se ¿Porque perdimos el contacto?

 

Y así de la nada en un instante empezamos a contarnos nuestras vidas en un pequeño pero detallado resumen.

Tenía novia ¡Cómo no! quien le iba a dejar escapar ¡Que tonta! solo yo fui esa tonta con mi afán de vivir mas y no atarme tan joven la que le deje escapar

 

Sin darnos apenas cuenta llegamos  a nosotros y por qué la juventud, afán de libertad y de vivir otras aventuras no lo sé el  me dio su opinión y al rato nos quedamos en silencio solo me dijo

 

-Sabes…cielo tu podrías haber sido ella

 

No supe que decir, solo me disculpe, lo típico éramos críos era pronto, pero bien sabia yo que en mas de una ocasión eso mismo que me decía, el lo pensé yo también.

 

-Teníamos mucho por vivir, pero podía haber sido juntos sabes muy bien que nos quedaban muchas cosas por vivir

 

Sabia perfectamente a lo que se refería, nunca hicimos el amor nunca surgió era esa asignatura pendiente que deseábamos pero no hicimos

 

Rompiendo el tema me pregunto si tenía prisa, ya habíamos llegado al final de la línea y debía ir a la cochera y dejar allí su tren, después me dijo que tomaríamos algo por ahí y seguiríamos charlando

 

Hablo por su micrófono pidiendo órdenes para retirarse e informar que se dirigía a la cochera

Le dije que si y hacia allí nos dirigimos, me comento que me acercara viendo mi curiosidad me pregunto si quería dirigir el tren, me sentó en sus rodillas como una niña y guiada por él porque estaba muerta de miedo, dirigiéndome la mano con la suya conduje el tren junto a él

 


Solo el contacto de su mano en la mía hizo que recorriera electricidad, pero lo que mas me hizo estremecer es sentir en mis nalgas algo duro que creía su pene

 

Él lo noto y en un momento dado dejo la palanca en mis manos y  a velocidad suave y yo muerta de miedo, soltó las manos y mientras yo tenia la palanca en las mías  él recorría mi cuerpo y ocurrió cuando llego a mi cintura me susurro

 

-Tranquila Lady sin miedo

 

Yo no sabia si lo decía por conducir o porque lo que sabía que pasaría por un momento no había pasado el tiempo eran las mismas caricias con esa mano larga y suave, pero se notaba más soltura y más experiencia llegaron a mis senos y los modelo colando sus dedos en mi escote y suspiro al notar mis pezones erectos sin sujetador, instintivamente me acomode en sus piernas de espaldas a él mirando hacia el frente frotando mis nalgas contra su sexo, notar esa dureza entre ellas me hizo casi gemir

 

En un segundo de nuevo su mano encima de las mías y con su respiración acelerada en mi oído llegamos a la cochera, paro el tren y puso el freno me gire de frente a él pasando una pierna por encima de las suyas y me senté a horcajadas, nos miramos intensamente a los ojos y agarro esta vez mis caderas moviéndolas por mi encima de su sexo un segundo después comencé a moverme por mi misma, ese roce y frotación me estaba haciendo humedecer mi tanga que estaba empapado

 

Le estaba montando encima de la ropa, en mi espalda se clavaba la mesa de mandos con el movimiento

Por los costados sus manos subieron el vestido desde las caderas y me lo quito por la cabeza dejándome solo en tanga abalanzándose sobre mis senos con su boca, mas grandes y mas maduros que la ultima vez que los probo y  se relamió, los probo con urgencia casi al borde de la desesperación  los tocaba, lamia y mordisqueaba



Sentir esa ansia por mis senos hizo que llegara al orgasmo, mojando más aun mi tanga dejando una mancha de mi esencia en sus pantalones

 

Ensimismado en mis senos solo le saco de ahí mis gemidos mientras llegaba, sus dedos reaccionaron los bajo a mi sexo y colándolos por el lateral de mi triangulo  froto llenándoselos pero le daba igual, busco mi botón y siguió tocándolo alargando así mi placer unos minutos interminables que me hicieron gemir mucho más alto

 

Pero yo necesitaba más ya había comenzado y no podía parar tendríamos que saldar nuestra deuda mutua, me levanto y de pie se fue desnudando mientras me observaba, mis senos descubiertos, mi tanga transparente y mi melena revuelta resultaba tremendamente sexual él lo sabía y yo también

 

Se liberó de la ropa incluso del bóxer me quede casi muerta, no recordaba su sexo bueno en realidad nunca lo vi solo toque cuando éramos adolescentes, su glande terso y brillante que invitaba a ser probado me senté en su silla y le indique con un dedo y una sonrisa que viniera hacia a mí él se relamió sabiendo lo que le esperaba yo también lo hice sabiendo lo que entraría en mi boca segundos después

 

Yo deseaba devorar su sexo con apuro y urgencia ya frente a mi baje la manivela de la silla de forma que mi boca quedaba a la altura de su sexo, frente a frente su sexo y mi boca

 

Salive mis manos lamiéndomelas y con las dos a la vez le cogí su falo y empecé el masaje, recorriendo su largura de tamaño considerable, quizás no muy gruesa pero si tan dura




 

Juan Carlos movía su pelvis al compás cuando movió con más desesperación, fue cuando lo introduje en mi boca y lo engullí hasta casi el fondo, quería comprobar si la profundidad de mi boca lo abarcaría, ese engullido inesperado le hizo gemir y soltar un ¡Dios!

 

Ahora si me estaba penetrando él la boca con sus movimientos de pelvis rápidos, casi hasta la campanilla agarraba mi pelo me lo revolvía, le pare temiendo que me dieran arcadas, dándose cuenta se disculpo y la saco de allí

 

Y excitadísimo me dijo

 

-Cariño…quiero hacerte el amor en marcha

 

Yo no sabia a que se refería me explico que había un tramo de túnel inutilizado donde se recogían los trenes que ya no se usaba, era un tramo limpio, recto sin peligro, no necesitaría conducir programaría la frenada y lo hizo

 

Acepte, reculamos el tren y nos pusimos en marcha me acomodo apoyándome en una base lateral cerca de la ventana, me aviso que se pasaría por una estación en la que podría haber gente, pero seria tan rápido que no apreciarían quien estaba en la cabina del conductor yo sentada en la base me quito el tanga, el desnudo dio al botón y comenzó el trayecto

 

Su lengua, labios y manos eran un equipo organizado, me besaba, me lamía, me tocaba por todo mi cuerpo, acercando su pene erecto y jugando con la punta en mi entrada húmeda, me volvía loca quería ser penetrada ya y se lo dije

 

-Penétrame…hazlo ya

 



Fue estupendo de una embestida limpia hasta el fondo con ansia, con su dureza comenzó su baile en mi con embestidas primero lentas que sentía en todo su recorrido

 

La velocidad del tren iba en aumento, al igual que su ritmo al penetrar me agarro mis caderas, creía que me iba a traspasar la velocidad de sus embestidas me hicieron gemir y hablar diciendo palabras inteligibles que no recuerdo solo se que eran lujuriosas y lascivas que le pedía más velocidad y más dureza y me la dio cuando próximos al orgasmo llegamos a la estación con gente…íbamos rápido



Me puso de pie y me acerco al cristal mirando hacia afuera de la cabina hacia la estación, yo me sujete con ambas manos a el, me acerco la cara pegándola al cristal y la suya también, se colocó detrás de mí con mis senos aplastados contra el cristal, separe mis piernas echándome la espalda hacia delante, sujetándome las caderas me penetro con su falo, embistiéndome mas rápido aun que antes si cabe, veíamos gente fueron unos segundos yo creo que nos vieron pegados al cristal con cara de placer intenso, con ese momento de morbo y esa lujuria llegamos la unísono al orgasmo entre gemidos una aroma a sexo que inundaba el pequeño espacio




 

Pasamos la estación y el tren fue frenando como la velocidad de sus  embestidas como nuestros movimientos, nuestros gemidos y respiraciones agitadas hasta parar

 

Fue una experiencia sin igual, salio de mi empapándome con el goteo de su sexo los muslos, me giro y acariciándome los senos con las yemas de sus dedos hizo algo muy nuestro lo hacíamos cuando éramos adolescentes

 

Me beso la punta de la nariz y me dijo…

 

-Deuda saldada corazón y a toda velocidad

 

Y nos echamos a reír

 

Ayelen

 

 


lunes, 12 de diciembre de 2022

AL AMANECER

                       




Estábamos en la piscina tostándonos cuando llego Lola como una fiera y  una sonrisa de oreja a oreja, como la conocía muy bien sabía que había ligado el día anterior seguro, Maria Jose su hermana y yo nos miramos divertidas, cuando ella aparecía así alguna idea la rondaba y seguro que tenía algo preparado.

Y así fue nos contó muy atropelladamente que había conocido en una terraza de la Castellana llamada el Hipodromo a unos pijos de aupa que estaban como quesos.
Vivían en la Moraleja, había estado vacilando con ellos y bueno como ella se apunta a un bombardeo la habían invitado por la noche a cenar y al día siguiente  una fiesta que organizaba uno de ellos en su chalet.

Le dijeron que fuera con algunas amigas y pensó en nosotras, así que sin comerlo ni beberlo me veía invitada a una fiesta super pija al día siguiente, como yo soy así con los modelitos decidí estrenar algo ese día.
Desde por la mañana me puse a confeccionar una falda casi tobillera de tubo ajustada con una raja amplia hasta el muslo en la parte delantera de color gris marengo, para completar el atuendo me puse un top blanco de tirantes finos muy pegado y una camisa ancha por encima.

Mis amigas iban espectaculares también parecía que las tres íbamos a un pase de modelos.
Nos puso al día mientras íbamos a la fiesta, el chaval era un hijo de diplomático mientras los padres estaban siempre de viaje él y su hermana (que no estaría en la fiesta) se quedaban con el servicio en Madrid estudiando medicina.

Cuando llegamos sobre las 21:00 h en el polo de Lola me pareció que entrabamos en una peli, la entrada del chalet, bueno de la mansión era espectacular tipo serie de Dallas, había unas rejas que nos abrieron desde dentro, una subida de arboles variados a un aparcamiento con varios coches aparcados a cual más espectacular.

Cuatro columnas dóricas inmensas franqueaban una entrada impresionante con una gran puerta de doble hoja blanca con apliques dorados, se abrió y salió un mayordomo serio pero amable nos indico que la fiesta se desarrollaría en la piscina, nos acompaño al meollo de la fiesta y nos quedamos boqui abiertas, una gran piscina rodeada de hamacas con mucho estilo y  una barra a pie de piscina con un camarero sirviendo copas y un buffet de canapés.


El chico de Lola llego como un vendaval, un morenazo de metro noventa y pico con una sonrisa de anuncio pijo a rabiar pero muy atractivo. Le seguía otro moreno con ojos verdes guapísimo, que automáticamente le encanto a María Jose.

El ambiente fue genial, distendido, divertido y muy animado, nos presentaron a tod@s y lo pasábamos estupendo bailando, la casa era una locura no le faltaba detalle  salón de música, sala   de trofeos tipo safari era espectacular, los cuartos de baño fantásticos cada estancia era mejor que la otra.

Pero lo que más me gusto fue un piano de cola de color blanco fantástico en el salón principal, el piano es un instrumento que me fascina. Pensé en ese instante que me encantaría que alguien de allí pudiera interpretar alguna pieza, pero mirando a mí alrededor me  parecían demasiado jovenes para tener esa destreza al piano.

Mis amigas estaban cada vez mas enfrascadas con sus chicos, yo que siempre voy por libre me dedique a pasear por el amplio jardín que se encontraba detrás de la piscina, quería huir un poco de la fiesta, el ambiente era genial pero no sé porque me encontraba, sensible y algo lánguida necesitaba escapar de las parejas que ya se besaban apasionadamente, por el calor de la noche que se avecinaba o quizás por el efecto del alcohol que corría a raudales

Me senté en un banco de piedra que había allí, se estaba genial, una leve brisa corría moviendo mi pelo, incluso levantando la raja de mi falda dejando ver mis muslos desnudos y cerré los ojos era el mejor momento vivido en esa fiesta llena de desconocidos, intente retener el instante pero un ruido me hizo abrir los ojos  de repente y entonces le vi…

De pie junto a una farola apagada estaba un chico al cual no se le apreciaba muy bien solo se recortaba su figura oscura y estilizada sobre el fondo verdoso de los setos.
No pude evitar dar un respingo, algún día la costumbre de evadirme y perderme sola me pasaría factura, el se dio cuenta y se acerco calmándome.

Se disculpo por el susto y se presento como Arturo el otro amigo intimo del chico de Lola, eran los tres muy amigos como nosotras y claro le debían de haber informado que yo estaba allí, según me explico me estaba buscando pero no pretendía asustarme.

Su tono era masculino y profundo, una voz de locutor de radio, me pidió sentarse a mi lado ahora le vi mejor, rubio ceniza, ojos verdes y unos labios carnosos de los que me gustan, su sonrisa de dientes perfectos y muy agradable.

Empezamos a conversar de una forma natural, sobre la noche y el ambiente de la fiesta, el se había retrasado venia de evento familiar, pero no pensaba perderse la fiesta al decirle su amigo que veníamos nosotras. Era todo un halago, su forma de mirar a los ojos profundamente y de expresarse me hizo estremecer o quizás era la brisa de nuevo no lo sé.

Paso hora y media volando, me dijo que me enseñaría otra parte de la parcela que no vi la sauna y el gimnasio, estaba como en un sótano, se entraba por una especie de cuesta que había en el jardín,  pero nunca pensamos que ocurriera dentro lo que vimos.

Una de las chicas de la fiesta que antes nos presentaron, estaba en el centro del gimnasio, los aparatos los habían desplazado y varios chicos estaban rodeándola, ella estaba semidesnuda bailaba insinuante y ellos la observaban ávidos de deseo, algunos acariciaban sus miembros, dos de ellos se acercaron a la chica y a modo de sándwich, la empezaron acariciar los senos, caderas, culo, la besaban el cuello, le lamían los pezones.

La cosa se ponía intensa y yo que era la primera vez que veía algo así me quede parada, pero he de reconocer que el espectáculo también era excitante y morboso, el sentirme una voyeur era algo nuevo para mí, cuando el circulo se cerró en torno a ella y ya subió de tono la situación me volví para marchar, Arturo a mi lado me miro disculpándose por si me había sentido incomoda el no esperaba esa situación tampoco.

Nos alejamos entre sorpresa y picarda comentando la situación y riendo, había un feeling entre ambos muy grato. Pero no solo eso estaba por pasar, parecía que desde nuestra salida del jardín la fiesta había dado otro giro más sensual, varias parejas subían el tono, en las hamacas, en el césped, incluso mis amigas Lola medio vestida con su chico dentro del agua el cual tipo actor estaba empapado con un albornoz y dos copas de champan (tipo película) y su hermana en un sofá de mimbre con el morenazo, ya era de noche cerrada

Seguía siendo morboso, pero me sentía como si me obligaran a seguir su ritmo y no lo deseaba quizás en otra ocasión me hubiera dejado llevar por el ambiente lujurioso que se estaba viviendo allí, pero hoy necesitaba algo diferente algo nuevo que nunca hubiera vivido.

Arturo pareció intuir ese malestar en mí, me cogió de la mano y me deje llevar, entramos en el salón principal, tomamos una copa y seguimos charlando de otras cosas, era como si estuviéramos en otra fiesta diferente, como en una cita de dos, era un hombre muy especial y diferente a los que allí había y cada vez me gustaba más parecía conocerle desde siempre. 

Incluso me hubiera encantado que me besara apasionadamente, que me acariciara…

Pero hizo algo mejor, me cogió de nuevo de la mano y me llevo al piano, le confesé mi fascinación por el mismo y que me hubiera encantado saber tocarlo el me respondió que tocaría para mí.

Pensé que me estaba vacilando pero me senté a su lado y comenzó a tocar, en ese instante cuando las teclas eran acariciadas por sus dedos algo me inundo y deseaba ser yo la acariciada, pero el entro en otro mundo musical.

Le observe y reconocí la melodía una de mis piezas favoritas

(A partir de aquí si lo deseas lee con la música de fondo la intensidad de la lectura sera mayor...)





                                                   Caruso

Me quede con la boca abierta, no podía pensar que un chico tan joven pudiera  interpretar así , su rostro era música, sus manos volaban por las teclas haciéndoles hablar y expresarse, jamás había tenido un intérprete de piano tan cerca de mi  podía notar sus sentimientos a flor de piel, la expresión de su cara cambiaba con cada nota que tocaba dejándose mucho más que el alma, si no fuera porque le acababa de conocer diría que me podía enamorar de ese hombre, solo por como sentía y un enorme deseo por ser tocada por esos dedos me comenzó a inundar.

Cerré los ojos  deseando sentir dentro de mí la melodía, quería que penetrara en mi por cada poro de mi piel, me inundaba el sonido hasta lo más hondo de mi ser hasta el punto de sentirme excitada imaginando sus caricias en mí, no me di cuenta cuando la música termino, pero él me lo hizo notar, me pidió que no abriera los ojos, sentí su aliento cerca de mis labios,  me beso intensamente.

Le correspondí con ardor, aquel que su música había provocado en mí y aun con los ojos cerrados decidí sentir sin más dejándome llevar por el, me lo debía a mi misma

Sus manos empezaron acariciarme despacio por encima de la ropa, subían por mi cuello colándose por el cuello de la camisa, ahora yo era el piano y con maestría me acariciaba buscando las mismas sensaciones que al interpretar y lo conseguía, yo seguía en mi mundo de oscuridad no deseaba luz que me hiciera volver a la realidad, deseaba soñar por un momento y el conseguía que así fuera.

El ardor se instalaba en mi cuerpo hasta el punto de una excitación exquisita, sus manos acariciaban mis senos por encima de mi top colando las yemas por dentro haciendo reaccionar a mis pezones que erectos pedían mas y mas.

Me dijo que abriera los ojos mientras besaba mis labios, me levanto del asiento y me apoyo de espaldas al teclado, sus manos seguían buscando por mi cuerpo cualquier rincón excitante.
Acaricio mis muslos colándose por la raja de mi falda y acaricio mi pubis con delicadeza, en mi mente la melodía que había tocado seguía sonando, con un dedo acaricio mi línea vertical desde arriba hacia el centro de mi placer, notando la humedad que allí era notoria y le gusto un gemido ahogado le delato, sus besos no daban tregua mientras tocaba

En esos instantes me habría dejado hacer cualquier cosa solo deseaba sentir sin más, me sentó en el teclado que se quejo cuando mis dedos se apoyaron en el, coloque mis pies en el asiento y abrí mis piernas ofreciéndome, deseando lo que imaginaba que ocurriría

Arturo se arrodillo quedándose a la altura de mi sexo, desato las lazadas de los laterales de mi braguita que cayó al suelo y me miro buscando mi aprobación la cual le di y comenzó a saborearme de una manera que nunca habían hecho

Fue delicado de principio a fin, manteniendo un ritmo lento y perturbador, cada caricia con su lengua era una delicia, jugaba con la dureza de la misma buscando recovecos placenteros, sus dedos continuaban tocando mi sexo al unisonó, el placer se hacía melodía 

Y el  lo lograba haciéndola eterna, note entre mis gemidos ahogados como se acercaba el orgasmo yo cerré los ojos, desde muy dentro de mí las contracciones se abrían paso a mi momento de placer inundando sus labios, que brillantes me besaron.

Cuando los abrí la música dentro de mi dejo de sonar y al mirar al frente detrás de los ventanales vi que había vivido unos de mis mejores momentos de placer al amanecer…


Ayelen

sábado, 24 de abril de 2021

Frente al espejo

 

 ·       Ese día sentí que deseaba que hacerlo y tal cual fue os lo relatare  






Ayer por la noche cuando conversamos vía telefónica me lo preguntaste ¿Alguna vez te has observado mientras sientes placer frente a un espejo? 

La verdad es que nunca lo hice ni pensé en hacerlo, sí

 que me observe con diversas parejas a lo largo de mi vida en mis contactos sexuales, sus caras, sus expresiones, la conjunción de ambos cuerpos enredándose cual serpientes, piernas enredadas, sexos irguiéndose, abriéndose y ocultándose a la perfección con lujuria y pasión. 

Mi rostro, los suyos, me fascinaba especialmente cuando mis relaciones habían sido con hombres de color, ver esa mezcla de pieles en un espejo, le daba más morbo, me resultaba natural, le daba un toque primario fascinante. 

A ellos debía  de gustarles también por su avidez al observarme cuando nuestras miradas se encontraban en el espejo, en nuestros juegos amorosos. 

Así que al levantarme, después de la ducha me di mi habitual masaje con body milk y después de echarme unas gotas de perfume en el cuello, senos y sexo decidí hacerlo. 

Prepare el ambiente con mi música preferida y  me observe en el espejo… 



Está en la habitación es de pie, rectangular muy moderno y recto, poco expresivo pero en este caso como siempre cuando me reflejaba en el la expresión la pondría yo. 

Lo posicione frente a la cama  y allí me senté, me observe detenidamente, era yo la mujer de siempre con mucho para dar, con mucho oculto aun, tus palabras de nuevo en mi mente… 

-¡OBSERVATE! 

Y lo hice detenidamente, allí desnuda desee ver mi transformación de persona,  a madre y MUJER. 

 Y me mire… 

Los años no me habían tratado mal, tenía cositas que no me gustaban, como todas las mujeres yo siempre me exigía más, la coquetería que nos lleva en ocasiones a cambios para gustar a los demás y a nosotras mismas. 




Observe mis piernas largas, un metro desde la cintura hasta el tobillo un día por curiosidad me las medí cuando era más joven, los otros 70 cm de cuerpo. 

Estire una de ellas, era tersa aun, suave, recién depilada e hidratada, cuanto caminaron, cuanto recorrieron, cuanto abarcaron esas piernas cuando me enredaba con mis amantes jugando atraparles, sobretodo recordé como me gustaba rodearles con ellas cuando yo estaba tumbada y su penetración era profunda, deliciosa y yo nunca deseaba que salieran, entonces rodeaba sus nalgas impidiendo la separación, deseaba en esos instantes que estuvieran siempre dentro de mí. 

La acaricie, aun torneada…aun joven, aun me gustaban y gustaban, siempre fueron estilizadas, ahora algo más torneadas y es que el tiempo pasa, pero las reconocí eran las mismas las que bailaron alegres y que me llevaron a sitios maravillosos, las que me hicieron huir en momentos peligrosos que no quiero recordar. 

Esa pierna acababa en mi pie que tantas veces calce con múltiple calzado, el cual junto con mi atuendo expresaba mi momento, expresaba mi sentir, mi ánimo, tacones elegantes, eróticos y  femeninos, calzado deportivo en mis momentos familiares de juego infantil y animal, pies que sintieron dolor, pero que también dieron placer al recorrer cuerpos desnudos, al sentir piel caliente, al acariciar sexos  erectos al pensarlo me estremecí con el recuerdo sobretodo tu sexo. 

Y mi vista continuo su recorrido y subieron a una parte que adoro en mí, mis senos siempre de buen tamaño, senos que jugaron, que fueron besados, lamidos, mordisqueados, que expresaron gozo y  excitación poniendo erectas las aureolas, expresaron tensión, frío, lujuria,  pero también hicieron algo que valoro como nada, dieron alimento al universo de mi vida, a mi razón de vivir, dieron cobijo también en momentos difíciles y placer adulto en los momentos de gozo. 

Y los toque y reaccionaron, siempre fueron así de rápidos, reaccionaban a todo, eran una parte de mí que expresaba como soy y al instante pensé en ti,  ¡OBSERVATE! Decías… ¡OBSERVATE MÁS Y SIENTETE! 


Seguí hacia mi cintura menos marcada que en el pasado y a mi vientre, que fue cobijo de la vida, el refugio de la semilla hecha de amor, donde creció para darme el placer de parir, donde se fue creando algo maravilloso y bello la huella que dejaría al irme de aquí, mi retoño. 

Pero también era el vientre que tantas veces besaron, el cual sintió el roce de sexos erectos, de pubis ansiosos que buscaba con esos roces  un lugar cálido para su refugio, de labios ávidos por llegar a la antesala de mi secreto. 

Cuantos momentos de caricias y besos, lo roce ahora cerrando los ojos y sentí recordando ese placer sobretodo el que tú me dabas. 


Como un resorte mis manos saltaron a otra parte de mi cuerpo… pero aun no era hora de gozar, solo de observar y debía hacerlo mirándome al espejo, lo que se reflejaba allí de mi estaba haciendo que apreciara detalles que en el día a día no reparaba en ellos. 

Ahora observe mi cabello rizado, abundante, suave, ese pelo que tantas veces también envolvió amantes, ese cabello que acaricio cuerpos desnudos en su masaje tántrico y que en momentos de juego sexual intenso donde el sudor erótico hacia su aparición por el deseo, mi cabello se pegaba al cuerpo siendo testigo de esa pasión que vivía, la misma pasión que tú ahora me hacías sentir en este análisis erótico, solo tú. 




Lo recogí en mis manos y lo solté, cayendo en cascada con algunos mechones juguetones sobre mis senos. 
Me gusto lo que vi, me sentía femenina y mujer, adoraba esa sensación, era yo y mi rostro se tornó mas cálido, mis ojos tenían otro brillo ¿Seria de gozo? No aun no, deseaba verme transformarme ante el espejo. 


Sí que me había observado en múltiples ocasiones hacer el amor junto a mis amantes cosa que me excitaba al máximo, el ver el reflejo de esos cuerpos desbocados buscando placer, lujuria ese reflejo tremendamente morboso, pero ahora quería que fuera un observar en soledad, ver mi rostro y mi cuerpo llegando al placer personal. 



Y lo hice… 



Baje la mano a mis senos y los acaricie gozosa, al instante suspiros indicaron el comienzo de mi placer, mi rostro cambio, la mirada se volvió más penetrante buscando placer y gozo, mis ojos brillaban expectantes ante lo que iba acontecer, mi boca entreabierta y saliendo de ella suspiros intensos, mis pezones respondían rosados y erectos. 

La otra bajaba a ese sentir húmedo entre mis piernas, moviendo mis nalgas me posicione abriendo mis piernas, mi sexo depilado perfecto, el ver así esa parte de mí siempre me excitaba, estaba tan dispuesto y tan preparado, observe sus labios vaginales sin tocarlos, parecía mentira algo que se veía tan cerrado y tan pequeño que pudiera dar vida en su dilatación, pero que también pudiera ser el rincón del placer más delicioso del mundo en el que el gozo llegaba a lo máximo. 

Quise observar más con las dos manos al unísono acaricie con la yema de mis dedos, de nuevo mi mirada cambiaba, mi respiración también porque me estaba sintiendo, estaba explorando y fijándome en mis reacciones como nunca lo hice y me fascinaba ese cambio en mí, parecía otra una que nunca supe que podía llegar a ser. 

El aire tranquilo de mi expresión se tornaba sensual, mis labios más jugosos, mi boca más entreabierta pidiendo, mi voz ahogada por gemidos y respiraciones agitadas, mis pulsaciones aumentaban con ese cambio, mis  ojos picarones, provocativos y eróticos, una mirada sensual y sexual de dejarme llevar por el gozo y el placer sin más. 




Allí reflejado en el espejo mi sexo invitaba, se abría la puerta al deseo, separe mis labios vaginales, el clítoris burlón de tamaño generoso asomaba, mi laberinto como le llamábamos tu yo, como te gusta deleitarte con él, dices que te encantaba buscar con tus labios y tu lengua, ahora pedía ser tocado y acariciado, algo de brillo de mi humedad estaba allí depositada ya. 

La toque y mis yemas se empaparon, jugué con ellas buscando recovecos secretos, pellizcando suavemente ese clítoris preparado y buscando me topé con el botón especial, hinchado ya  notorio, excitado y solo un roce me indico que estaba activo, que sentía con vida propia e insistí un poquito y entonces pude apreciar en ese reflejo como mi entrada se abría cremosa invitando a mis dedos y lo hice. 


Uno de ellos se coló penetrando poco a poco, jugando agrandar esa puerta, otro le acompaño y la entrada se abría deseando invitar a mas, la excitación iba en aumento como mis gemidos y mis latidos. 

Con la lengua relamía mis labios, los ojos se cerraban, pero los abría de nuevo para observarme, que gozo y placer verme así era morboso y lo mejor es que en todo momento solo pensaba en ti y en tu deseo ¡OBSERVATE…! 


Ahora mi gesto lascivo quería más y saque los dedos para  introducir algo más grande que me llenara, un hilillo de mi esencia salió lenta y no pude evitarlo esos dedos brillantes me provocaron, tuve que probar la deliciosa prueba de mi placer. 

Al lado en la cama mi juguetito esperaba su turno, un vibrador de punto g curvado maravilloso, no muy grueso pero si con un diámetro perfecto para encontrar mi placer interior, lo sé no eras tú, nunca nada podría compararse con tu pene perfecto de tamaño y forma el cual me hace llegar hasta el más intenso placer que jamás viviera, pero ahora tu no estabas, aunque te sentía a mi lado. 

Lo introduje un poco solo la punta despacio estaba suave y blando, me observe en el espejo mientras un gemido inundo la estancia demasiado alto quizás pero lo deseaba mucho y me deje llevar porque ahora tu imagen llenaba mi mente y te sentía de un modo tal que parecía real, que ese juguete era tu falo erecto. 

Por eso me penetre sin poder evitarlo hasta el fondo, esa curvatura rozaba por dentro de una forma increíble y maravillosa en busca del placer, mi otra mano celosa de no poder colaborar en tan increíble maniobra busco con los dedos el botón, ese masaje y penetración al unísono era gozoso al máximo, creí enloquecer al mirarme. 




No vi a la misma mujer, no me reconocía, esa mujer era erótica, lasciva y lujuriosa, la mirada era viciosa de placer, el brillo de la misma deslumbrante, las señales de gozo eran intensas, mis labios entreabiertos se relamían, mis dientes mordisqueaban ante las sensaciones experimentadas, era como ver sexo en vivo pero lo mejor era que la protagonista era yo. 

Cuando empecé con las penetraciones más rápidas estaba como perdida en esa intensidad que me producía a mí misma, ya mis gemidos eran altos pero no me importaba  deseaba que fuera así, necesitaba expresarme tal cual lo sentía, el movimiento de vibración de mi compañero de sexo en su grado más alto cosquilleaba mi interior lo que hizo que el orgasmo llegara convulsionando mi interior de tal modo que eran notorio por los movimientos involuntarios de mi pelvis y cadera. 

En ese momento mi rostro era el placer hecho mujer, fue largo, maravilloso e ideal ese orgasmo, gocé como jamás en soledad, pero la imagen de tu rostro estaba en mi mente. 


Me observe en el espejo y sonreí, ese gozo, ese clímax, me habían hecho sentir. 

Ahora te comprendía cielo, cuando me invitaste a observarme mientras gozaba, entendía cómo te pones tú al mirarme, como te excita mi rostro, lo que veía en mi era lo que tu provocas todos los días de mi vida. 

Ayelen



 

 


sábado, 26 de septiembre de 2020

Contra las cuerdas

 


Todo lo hacíamos juntos demasiadas cosas para mi gusto, después de cuatro años ya eso me cansaba bastante, la última idea que se le metió en la cabeza era el boxeo, a mí siempre me pareció un deporte demasiado agresivo pero sí que me ponía mucho el imaginarme ligera de ropa rodeada de tíos cachas sudorosos y con guantes.

 

Les veía varoniles al máximo, machotes, autoritarios y aunque de sumisa tengo pero que muy poco sí que esa fantasía de dejarme llevar un poco más de lo habitual me ponía bastante.

Pero no practicaría boxeo, prefería hacer otro más femenino en el edificio de al lado que era de la misma cadena.

 

Pasadas unas semanas una compañera de clase de Aerobic  llego un día de los nervios contando que había un profe de boxeo que estaba de muerte y claro la curiosidad mato a la gata y de repente creció un interés por el gimnasio de boxeo especial.

 

Decidí esperar allí a mi chico mientras entrenaba cuando salía yo de mi clase, animada por el espectáculo pero aburrida de sus pinitos.

 

Este ultimo año entre nosotros las cosas no iban bien por lo menos por mi parte, le había dejado de querer, yo creo que estaba por costumbre la que te da el cariño e incluso la vaguería que te da comenzar de nuevo a conocer a otra persona.

 

Menos mal que el profe era digno de admirar, morenazo, tatuado, marcaba todo lo marcable, cicatrices de guerra que le hacían parecer un malote de peli de gansters, un culo uffff como una piedra y unos muslos de impresión.

 

Un día cuando nos íbamos a ir ya le llama mi chico y  le dice ven que te presento a mi novia, bueno ahí dije trágame tierra, verle avanzar hacia nosotros  parecía un gladiador, cada paso un musculo se le movía y marcaba algo, parecía eterno verle como en cámara lenta, yo saboreando cada instante y mi mente en un caos de lujuria que volaba hasta límites insospechados.

 

En casa mi chico me comento que era uno de los socios del gimnasio  junto con otro algo más madurito, se llamaban Juan el joven y el otro Alvaro.

 

Mi pareja tuvo que irse a un curso de trabajo fuera de Madrid, que me vino fenomenal necesitaba poner algo de tierra por medio por fin. Pero claro sin él no tenía excusa para esperar en el gimnasio y alegrarme la vista así que decidí conocer este deporte más a fondo probándolo.

 


Seguía las directrices de Juan y también de Álvaro que últimamente aparecía más por el gimnasio, mas madurito como comente antes, no tan musculoso como el otro, rondaría los cuarenta y pico,  tenía que haber sido guapo también a rabiar, de mandíbula cuadrada, cuello ancho y un toque que me fascina en el rostro de un hombre un hoyito en la barbilla marcado. Era muy agradable estar allí con ambos hablado de técnicas deportivas que desconocía y de temas muy variados eran unos momentos muy gratos.

 

Me gustaba mucho estar allí y sin mi pareja rondando la sensación de libertad crecía en mi cada día con más ganas y pedía salir de nuevo de su encierro personal para volar y ser de  nuevo yo tal cual era sin más. Y tenía para largo porque un curso de dos semanas se convirtió en un mes y medio.

 

Y la amistad fue creciendo también,  con el trato llega todo y también llega lo que menos esperas y con quien menos lo esperas.

 

Como excepción y para gente muy amiga abrían algún sábado, sobretodo entrenaban algún amiguete profesional y una vez ambos socios nos dijeron que si deseábamos pasarnos lo hiciéramos.

Y ese sábado lo hice yo pero sola, había tenido una bronca espectacular con mi pareja ya era el final entre nosotros solo esperaba que volviera y él ya lo sabía también, necesitaba huir de la realidad por unas horas  así que allí que fui.

 

Al entrar pensé que estaba cerrado casi no había luz  y estuve en un tris de irme cuando una voz al fondo me indico que avanzara hasta el ring, esperaba que a Juan no le molestaría mi presencia si estaba entrenando a algún boxeador.

 

Pero cuando me acerque era Alvaro el que estaba allí, me indico que esperara con la mano enfundada en el enorme guante azul claro, estaba subido al ring  golpeando un saco de boxeo enorme y pesado que pendía de un gancho del techo, su juego de pies era impresionante, su ligereza  en el cuadrilátero, era como ver a un hombre diferente se había transformado en otro.

 

Desde abajo se  le veía muy atractivo, su edad madura le sentaba de maravilla, el hombre callado, discreto y tranquilo con el que converse estos días de atrás de múltiples cosas ya no estaba, ahora era intrépido, atrevido, fuerte….un hombre mucho más especial a mis ojos.

 


Le observe mientras entrenaba desde una esquina del ring, sus movimientos marcaban su cuerpo, el brillo del sudor por el esfuerzo en su piel le daba un aire varonil de impresión, me fije más detenidamente en el con el calzón brillante negro de raso y  con esa camiseta de tirantes del mismo color ceñida estaba arrollador.

 

Sin darme cuenta caminaba lenta a su alrededor desde abajo, entre golpe  y  golpe su mirada directa se clavaba en mí y estaba cambiando también, era desafiante, directa y muy intensa.

 

No pude evitar sentir un escalofrió de placer, estaba despertando en mi a esa mujer dormida por el hastió y la costumbre, estaba provocando en mi algo nuevo menos dulce más animal una necesidad primaria, un dejarme llevar hasta las últimas consecuencias para saciar mis ansias dormidas.

 

Paró en seco respirando intenso  agarrando el saco con fuerza evitando su movimiento sin dejar de mirarme sin hablar, se quitó los guantes tirándolos al suelo  y se acercó a una esquina de cuadrilátero a por una toalla blanca, se secó el sudor de la frente y  la fue bajando por el cuello hasta la clavícula, se quitó la camiseta empapada un aroma a perfume varonil se mezcló en el ambiente, yo no podía dejar de observarle se estaba ofreciendo a mí, con sus ojos, con sus labios, con sus gestos y yo estaba sintiendo necesidades nuevas  y arrolladoras.

 

Me invito a subir con sus ojos, con sus labios  y su voz, pero también con todo su cuerpo, me dijo que mientras yo observaba al resto él me estuvo observando a mí, mi infelicidad, mi aburrimiento, mis ansias dormidas, no en vano nos separaban casi 20 años su experiencia era notoria en su forma de hablar y su intuición, pero era más notoria aun cuando avanzo hacia a mí y me lo demostró.

 

Yo le deseaba pero también tenía el remordimiento rondando mi cabeza, me agarro por la cintura y eso me desarmo, rompió mi indecisión dando paso a mi verdadero yo a como había sido siempre, intrépida, atrevida, una mujer que me gustaba llegar hasta el límite, probar cosas excitantes que me hicieran sentir viva y el lo logro

 

Me acorralo lentamente en la esquina del cuadrilátero, donde está la banqueta de madera donde descansan los boxeadores, su boca estaba muy cerca de la mía, pero no me besaba solo sentía su aliento cálido y su mirada clavada en la mía.

 

Impresionaba, se hacía desear y me gustaba mucho, me sentía dominada algo nuevo para mí, era dulce en su agarre pero a la vez intenso. Cuando note el esquinazo clavándose en mi cintura supe que había que rendirse del todo.

 

Me comenzó a morrear con ansia y deseo, para parar en seco y saborear mis labios dulcemente, ese cambio de ritmo arrasaba en mi de una forma especial me hacía ansiarle como nunca ansié a mi pareja.

 

Deseaba dureza a ratos y dulzura, deseaba algo nuevo que me inundara y lo hacía , él lo sabía sus manos empezaron a recorrer mi cuerpo alternando sitios, senos, cintura, caderas  y de repente agarraba mi coleta soltando mis rizos libres, agarraba la mata de pelo jugando con ella, acercándome más a él y besándome apasionadamente.

 

Me tuve que agarrar a  las cuerdas entrelazando mis muñecas en ellas para no caer ante su fuerza, el levanto mi camiseta de tirantes y con una rapidez pasmosa desabrocho mi sujetador, casi se tiro de cabeza entre mis grandes senos aspiro el aroma de mi perfume en ellos y comenzó a devorarlos, lamia, chupaba, besaba sin dar tregua y yo estaba super excitada mis pezones me delataban, mis respiración agitada también.

 


Me aupó metiéndose entre mis piernas las cuales enrosque en su cintura, podía notar pegada a mi sexo su tremenda erección, solo nos separaba la fina tela de mi malla y de su calzón de boxeo.

 

Si no hubiera tenido que estar agarrada a esas cuerdas se lo habría bajado para sentir en mi boca su erecto pene. Pero hizo algo mejor se empezó a rozar contra mí, si seguía insistiendo podría llegar al orgasmo solo así con sus roces, yo notaba que la humedad de mi sexo iba en aumento si en ese momento me hubiera introducido un solo dedo lo habría sacado empapado en mi esencia.

 

El calor me inundaba,  yo también comenzaba a sudar bajo aquella luz del gran foco y el resto tan oscuro, en ese ring estaba librando mi particular combate sexual

Solté una de las manos aun en volandas para tocarle, negó con la cabeza y seguía estrechándose junto a mí, mis caderas colaboraban moviéndose ya mi pubis se restregaba en su dureza haciéndola si cabe aún más notoria.

 

Estábamos llegando a unos extremos de deseo muy fuertes y se estaba despertando mi yo , él me dijo que me iba a saborear soltó su agarre, en cuanto me puse en pie le quite la camiseta y él se disponía a cumplir su deliciosa amenaza cuando le sorprendí y le empuje contra las cuerdas,  él fue el que se tuvo que agarrar a ellas esta vez, me arrodillé le separe las piernas y el baje el calzón su pene salió casi disparado y no pude evitarlo con premura la que da el deseo salvaje de la liberación por fin, lo agarre con ambas manos y lo lamí, mi ansia ardía y me apetecía más y más,  ser más dura hasta acabar engulléndolo de una forma lasciva mientras le miraba desde abajo, deseaba ver su reacción que era lujuriosa y muy erótica, succione con ansia más de la nunca tuve con mi pareja, era sexo, era lujuria sin más, era dejarse llevar hasta las últimas consecuencias.

 

Me agarro el cabello tirando un poco de él para frenar mis succiones, negó con la cabeza y me levanto por los hombros, yo pensé que ahora me haría lo que antes deseaba con lo excitado que estaba pero hizo algo mejor.

 

Besándome y sobándome me guió hasta un lateral del ring pegada a las cuerdas, de repente me giro colocándose a mis espalda, la flexibilidad de las mismas casi me hizo caer hacia delante pero él me sujeto por la cintura, sacando el calzón por los pies al mismo tiempo, se quedó desnudo para mí, el cuadro era de impresión y yo semidesnuda la camiseta arrugada y entrelazada con el sujetador dejando mis senos al aire,  la malla y las braguitas bajadas hasta los tobillos que  también me quite por los pies quedándome desnuda de cintura para abajo.

 


Abrí mis piernas invitándole descarada y subiendo mi trasero, accedió a mi vagina de una embestida sensacional, hasta el fondo sin avisar, recibiendo su espléndido tamaño en mí, se sucedieron penetraciones intensas y duras que me hacían casi gritar de placer y yo increíblemente le pedía más y más.

 

Y sin pensar en las consecuencias  llegando hasta el extremo, me deje llevar entre gemidos ese día, ese sábado cuando menos me lo esperaba, con quien menos me esperaba, volví a ser yo…contra las cuerdas.

 

 

Ayelen