lunes, 12 de diciembre de 2022

AL AMANECER

                       




Estábamos en la piscina tostándonos cuando llego Lola como una fiera y  una sonrisa de oreja a oreja, como la conocía muy bien sabía que había ligado el día anterior seguro, Maria Jose su hermana y yo nos miramos divertidas, cuando ella aparecía así alguna idea la rondaba y seguro que tenía algo preparado.

Y así fue nos contó muy atropelladamente que había conocido en una terraza de la Castellana llamada el Hipodromo a unos pijos de aupa que estaban como quesos.
Vivían en la Moraleja, había estado vacilando con ellos y bueno como ella se apunta a un bombardeo la habían invitado por la noche a cenar y al día siguiente  una fiesta que organizaba uno de ellos en su chalet.

Le dijeron que fuera con algunas amigas y pensó en nosotras, así que sin comerlo ni beberlo me veía invitada a una fiesta super pija al día siguiente, como yo soy así con los modelitos decidí estrenar algo ese día.
Desde por la mañana me puse a confeccionar una falda casi tobillera de tubo ajustada con una raja amplia hasta el muslo en la parte delantera de color gris marengo, para completar el atuendo me puse un top blanco de tirantes finos muy pegado y una camisa ancha por encima.

Mis amigas iban espectaculares también parecía que las tres íbamos a un pase de modelos.
Nos puso al día mientras íbamos a la fiesta, el chaval era un hijo de diplomático mientras los padres estaban siempre de viaje él y su hermana (que no estaría en la fiesta) se quedaban con el servicio en Madrid estudiando medicina.

Cuando llegamos sobre las 21:00 h en el polo de Lola me pareció que entrabamos en una peli, la entrada del chalet, bueno de la mansión era espectacular tipo serie de Dallas, había unas rejas que nos abrieron desde dentro, una subida de arboles variados a un aparcamiento con varios coches aparcados a cual más espectacular.

Cuatro columnas dóricas inmensas franqueaban una entrada impresionante con una gran puerta de doble hoja blanca con apliques dorados, se abrió y salió un mayordomo serio pero amable nos indico que la fiesta se desarrollaría en la piscina, nos acompaño al meollo de la fiesta y nos quedamos boqui abiertas, una gran piscina rodeada de hamacas con mucho estilo y  una barra a pie de piscina con un camarero sirviendo copas y un buffet de canapés.


El chico de Lola llego como un vendaval, un morenazo de metro noventa y pico con una sonrisa de anuncio pijo a rabiar pero muy atractivo. Le seguía otro moreno con ojos verdes guapísimo, que automáticamente le encanto a María Jose.

El ambiente fue genial, distendido, divertido y muy animado, nos presentaron a tod@s y lo pasábamos estupendo bailando, la casa era una locura no le faltaba detalle  salón de música, sala   de trofeos tipo safari era espectacular, los cuartos de baño fantásticos cada estancia era mejor que la otra.

Pero lo que más me gusto fue un piano de cola de color blanco fantástico en el salón principal, el piano es un instrumento que me fascina. Pensé en ese instante que me encantaría que alguien de allí pudiera interpretar alguna pieza, pero mirando a mí alrededor me  parecían demasiado jovenes para tener esa destreza al piano.

Mis amigas estaban cada vez mas enfrascadas con sus chicos, yo que siempre voy por libre me dedique a pasear por el amplio jardín que se encontraba detrás de la piscina, quería huir un poco de la fiesta, el ambiente era genial pero no sé porque me encontraba, sensible y algo lánguida necesitaba escapar de las parejas que ya se besaban apasionadamente, por el calor de la noche que se avecinaba o quizás por el efecto del alcohol que corría a raudales

Me senté en un banco de piedra que había allí, se estaba genial, una leve brisa corría moviendo mi pelo, incluso levantando la raja de mi falda dejando ver mis muslos desnudos y cerré los ojos era el mejor momento vivido en esa fiesta llena de desconocidos, intente retener el instante pero un ruido me hizo abrir los ojos  de repente y entonces le vi…

De pie junto a una farola apagada estaba un chico al cual no se le apreciaba muy bien solo se recortaba su figura oscura y estilizada sobre el fondo verdoso de los setos.
No pude evitar dar un respingo, algún día la costumbre de evadirme y perderme sola me pasaría factura, el se dio cuenta y se acerco calmándome.

Se disculpo por el susto y se presento como Arturo el otro amigo intimo del chico de Lola, eran los tres muy amigos como nosotras y claro le debían de haber informado que yo estaba allí, según me explico me estaba buscando pero no pretendía asustarme.

Su tono era masculino y profundo, una voz de locutor de radio, me pidió sentarse a mi lado ahora le vi mejor, rubio ceniza, ojos verdes y unos labios carnosos de los que me gustan, su sonrisa de dientes perfectos y muy agradable.

Empezamos a conversar de una forma natural, sobre la noche y el ambiente de la fiesta, el se había retrasado venia de evento familiar, pero no pensaba perderse la fiesta al decirle su amigo que veníamos nosotras. Era todo un halago, su forma de mirar a los ojos profundamente y de expresarse me hizo estremecer o quizás era la brisa de nuevo no lo sé.

Paso hora y media volando, me dijo que me enseñaría otra parte de la parcela que no vi la sauna y el gimnasio, estaba como en un sótano, se entraba por una especie de cuesta que había en el jardín,  pero nunca pensamos que ocurriera dentro lo que vimos.

Una de las chicas de la fiesta que antes nos presentaron, estaba en el centro del gimnasio, los aparatos los habían desplazado y varios chicos estaban rodeándola, ella estaba semidesnuda bailaba insinuante y ellos la observaban ávidos de deseo, algunos acariciaban sus miembros, dos de ellos se acercaron a la chica y a modo de sándwich, la empezaron acariciar los senos, caderas, culo, la besaban el cuello, le lamían los pezones.

La cosa se ponía intensa y yo que era la primera vez que veía algo así me quede parada, pero he de reconocer que el espectáculo también era excitante y morboso, el sentirme una voyeur era algo nuevo para mí, cuando el circulo se cerró en torno a ella y ya subió de tono la situación me volví para marchar, Arturo a mi lado me miro disculpándose por si me había sentido incomoda el no esperaba esa situación tampoco.

Nos alejamos entre sorpresa y picarda comentando la situación y riendo, había un feeling entre ambos muy grato. Pero no solo eso estaba por pasar, parecía que desde nuestra salida del jardín la fiesta había dado otro giro más sensual, varias parejas subían el tono, en las hamacas, en el césped, incluso mis amigas Lola medio vestida con su chico dentro del agua el cual tipo actor estaba empapado con un albornoz y dos copas de champan (tipo película) y su hermana en un sofá de mimbre con el morenazo, ya era de noche cerrada

Seguía siendo morboso, pero me sentía como si me obligaran a seguir su ritmo y no lo deseaba quizás en otra ocasión me hubiera dejado llevar por el ambiente lujurioso que se estaba viviendo allí, pero hoy necesitaba algo diferente algo nuevo que nunca hubiera vivido.

Arturo pareció intuir ese malestar en mí, me cogió de la mano y me deje llevar, entramos en el salón principal, tomamos una copa y seguimos charlando de otras cosas, era como si estuviéramos en otra fiesta diferente, como en una cita de dos, era un hombre muy especial y diferente a los que allí había y cada vez me gustaba más parecía conocerle desde siempre. 

Incluso me hubiera encantado que me besara apasionadamente, que me acariciara…

Pero hizo algo mejor, me cogió de nuevo de la mano y me llevo al piano, le confesé mi fascinación por el mismo y que me hubiera encantado saber tocarlo el me respondió que tocaría para mí.

Pensé que me estaba vacilando pero me senté a su lado y comenzó a tocar, en ese instante cuando las teclas eran acariciadas por sus dedos algo me inundo y deseaba ser yo la acariciada, pero el entro en otro mundo musical.

Le observe y reconocí la melodía una de mis piezas favoritas

(A partir de aquí si lo deseas lee con la música de fondo la intensidad de la lectura sera mayor...)





                                                   Caruso

Me quede con la boca abierta, no podía pensar que un chico tan joven pudiera  interpretar así , su rostro era música, sus manos volaban por las teclas haciéndoles hablar y expresarse, jamás había tenido un intérprete de piano tan cerca de mi  podía notar sus sentimientos a flor de piel, la expresión de su cara cambiaba con cada nota que tocaba dejándose mucho más que el alma, si no fuera porque le acababa de conocer diría que me podía enamorar de ese hombre, solo por como sentía y un enorme deseo por ser tocada por esos dedos me comenzó a inundar.

Cerré los ojos  deseando sentir dentro de mí la melodía, quería que penetrara en mi por cada poro de mi piel, me inundaba el sonido hasta lo más hondo de mi ser hasta el punto de sentirme excitada imaginando sus caricias en mí, no me di cuenta cuando la música termino, pero él me lo hizo notar, me pidió que no abriera los ojos, sentí su aliento cerca de mis labios,  me beso intensamente.

Le correspondí con ardor, aquel que su música había provocado en mí y aun con los ojos cerrados decidí sentir sin más dejándome llevar por el, me lo debía a mi misma

Sus manos empezaron acariciarme despacio por encima de la ropa, subían por mi cuello colándose por el cuello de la camisa, ahora yo era el piano y con maestría me acariciaba buscando las mismas sensaciones que al interpretar y lo conseguía, yo seguía en mi mundo de oscuridad no deseaba luz que me hiciera volver a la realidad, deseaba soñar por un momento y el conseguía que así fuera.

El ardor se instalaba en mi cuerpo hasta el punto de una excitación exquisita, sus manos acariciaban mis senos por encima de mi top colando las yemas por dentro haciendo reaccionar a mis pezones que erectos pedían mas y mas.

Me dijo que abriera los ojos mientras besaba mis labios, me levanto del asiento y me apoyo de espaldas al teclado, sus manos seguían buscando por mi cuerpo cualquier rincón excitante.
Acaricio mis muslos colándose por la raja de mi falda y acaricio mi pubis con delicadeza, en mi mente la melodía que había tocado seguía sonando, con un dedo acaricio mi línea vertical desde arriba hacia el centro de mi placer, notando la humedad que allí era notoria y le gusto un gemido ahogado le delato, sus besos no daban tregua mientras tocaba

En esos instantes me habría dejado hacer cualquier cosa solo deseaba sentir sin más, me sentó en el teclado que se quejo cuando mis dedos se apoyaron en el, coloque mis pies en el asiento y abrí mis piernas ofreciéndome, deseando lo que imaginaba que ocurriría

Arturo se arrodillo quedándose a la altura de mi sexo, desato las lazadas de los laterales de mi braguita que cayó al suelo y me miro buscando mi aprobación la cual le di y comenzó a saborearme de una manera que nunca habían hecho

Fue delicado de principio a fin, manteniendo un ritmo lento y perturbador, cada caricia con su lengua era una delicia, jugaba con la dureza de la misma buscando recovecos placenteros, sus dedos continuaban tocando mi sexo al unisonó, el placer se hacía melodía 

Y el  lo lograba haciéndola eterna, note entre mis gemidos ahogados como se acercaba el orgasmo yo cerré los ojos, desde muy dentro de mí las contracciones se abrían paso a mi momento de placer inundando sus labios, que brillantes me besaron.

Cuando los abrí la música dentro de mi dejo de sonar y al mirar al frente detrás de los ventanales vi que había vivido unos de mis mejores momentos de placer al amanecer…


Ayelen

6 comentarios:

  1. Bellos tus relatos y así como manejas el erotismo.

    Cora

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  2. Estoy encantada de que te haya gustado, espero verte mas por aquí, un placer, gracias por tu visita

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  3. Genial relato. El placer y una nuevo amanecer en que todo puede pasar , Te mando un beso.
    Enamorada de las letras

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  4. El placer también es mío encantada de tenerte por aquí, vuelve cuando desees estaré encanta, gracias

    Un abrazo

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  5. Qué fondo más ideal nos has dejado y el amanecer no podía ser mejor, sensual, pero en él no solo había deseo, creo que algo maravilloso quedo entre los dos.
    Un bonito relato, fantasía o realidad, sin duda fue mágico para ambos.
    Un abrazo.

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  6. Fue una experiencia personal inolvidable que siempre recordare, tuve la suerte de vivirla con pasión, gracias siempre por estar aquí

    Un abrazo muy grande

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