viernes, 24 de julio de 2020

Seducción en la Noche IV Final - Relato a Dúo de Orestes y Ayelen



Sabía lo que había ocurrido aun en mi extasiado orgasmo y ahora lo deseaba quería eso siempre para mi, apenas le conocía pero le sentía como si fuera desde hace tiempo una parte de mí, era ilógico lo sé pero no me importaba, en mi vacía vida sin conocer el verdadero amor, siempre dando tumbos y escuchando promesas vanas él había aparecido en mi vida y había despertado esa mujer que estaba dormida en un sueño eterno de insatisfacción

Sé que era muy pronto solo una cita bueno ni eso, pero no sé si por su atracción vampírica o porque podía ser sentía esa pasión y ese llamémoslo amor que arrollaba todo mi ser

Aunque tomó la vida en forma de sangre de mí en esos instantes, me había dado tanto de él que ya no necesitaba más, lo tengo todo o casi todo se había convertido en parte de mí, bueno…aun no

Que oscuridad nos rodeaba sin embargo en sus ojos que parecían vacíos antes de llegar yo ahora hay luz, le hice revivir me lo decía en adorables susurros



Que silencio que paz obligada por el lugar no en nosotros sino en los que nos rodean…ellos son testigos silenciosos de nuestra pasión  de nuestro deseo…han escuchado allá donde estén nuestros gemidos, han escuchado algunos sin duda nuestros pensamientos si son como él…

Hay quietud, mas nuestros cuerpos hablan con deseo con ansia de mas, insaciables, expectantes, deseando ese algo más que nos unirá para siempre y le toco, le deseo y le siento caliente aunque no suele ser cálido por su situación ahora sí lo está

Y me dijo…

-Es la hora de ser uno, de que seas lo que he buscado, llevo mucho  tiempo vagando y hacía años que no sentía algo así, esta conexión, este conocerte desde siempre sin saberlo…. ¡Por fin te encontré!

-Si…quiero ser tuya para siempre… Yo también vague sin rumbo ¡Nos hemos encontrado!

Después de habernos disfrutado hasta la saciedad, de diversas formas, después de que nuestros labios, lengua después de devorarnos con pasión lujuriosa, deseamos más….que fuego desprendía ese lecho tan frío, que morbo sentí, era el preludio de una vida con él

Deseaba que en el entorno mas frío esa vez fuera sin igual…porque si lográbamos hacer de ese lecho tan especial y helado un volcán de sensaciones, era señal de que cualquier lugar para nosotros sería vida dentro de la oscuridad de su mundo

Agotada…casi agotada tendida sobre él le mire, segundos antes fui el alimento de su pasión, su alimento, suya
Le mire con deseo, el de ser parte de él , el de compartir, el de probar…leyéndome el pensamiento dijo


 - Elige el lugar soy tuyo pruébame y sáciate. Yo ya te probé y ahora si tú lo haces  sellaremos para siempre

Recorrí su cuerpo con la mirada era perfecto,  era tan especial su piel de ensueño con el color de una luna llena….era perfecto, casi me daba miedo tocarlo ahora temía que desapareciera aunque sabia que ya jamás lo haría y menos después de esa noche

Aunque no tocaba su cuerpo se que sentía tan solo con mi calida mirada mas que si fueran mis manos las protagonistas en ese momento lo sabía, le sentía, me sentía

Era bello, era eterno, unas lágrimas brotaron de mis ojos pensé en ese momento que quizás después de esa noche ya no podría llorar jamás, quizás ya no podría demostrarle así mis sentimientos, mas no importaba pues sabría que mis sentimientos serian eternos y mas por el, esos ya jamás cambiarían.

Bese sus labios, ahora si comenzaría mi recorrido por el que cálidos los sentí, me pareció sentir ardor en su piel, si sé que es imposible pero lo sentí, le mire un segundo antes de continuar necesitaba su confirmación, su permiso y aunque me lo dio antes de palabra, quería sentirlo en su mirada y me confirmo.


Le llenaría de besos pequeños y tiernos antes de decidir y así lo hice, no quería que averiguara donde seria el lugar donde tomaría lo que me ofrecía para nuestra unión, mis manos no podían quedar inertes ante su cuerpo a mi merced y comencé acariciarle mientras mis labios se saciaban con besos mis manos acariciaban esa piel de mármol que adoraba por momentos

Su mirada se tornaba mas oscura pero no me daba miedo ya no, nunca me lo daría porque sería la mía también así después de probarle, la calidez en mi aumentaba a pesar de haberme dado placer hacía apenas unos minutos , era tal poder de seducción que tenia y el que sentía que aun sin utilizar los suyos estaba embrujada por el

Y le empecé a desear con una fuerza inusitada, pero esta vez era necesidad de Orestes  no de sexo aunque estaba unido ahora estaba casi unida a el, me sentía su dueña, me ofrecía algo que me daría un poder especial y lo tomaría ya


En mi recorrido hacia el lugar elegido me topé con su sexo increíblemente erecto aun, no pude evitar saborearlo unos minutos sentir esa dureza en mi boca era un lujo enloquecedor, estaba cálido quizás por mi sangre o por la suya que ahora intentaba tener su lugar en esa frialdad de la muerte



Mi boca ayudada por mis manos comenzó hacerle una felación como jamás hice a nadie nunca.
Sentí una necesidad de darle placer muy intensamente adore su mirada negra era profunda era lasciva, sus colmillos ahora algo manchados de mi sangre me parecían eróticos, le quería poseer para siempre, succione con ansiedad la que da la pasión desbordada del momento, de la situación y con la yema de mi dedo elegí el lugar donde quería unirme a él…justo en la vena femoral donde casi creí percibir su pulso, su vida

Casi al borde del orgasmo, con una uña metálica tremendamente afilada que apareció de la nada se  rasgó ese sitio elegido por mi y un fino hilillo de sangre broto de allí y sin dejar de mirarle a sus oscuros ojos acerque mi boca y la punta de mi lengua lamió tímida comprobando su calidez, apenas una lamida y sentí algo nuevo en mi, algo me obligaba seguir




Sentía deseo y ansia por ese ser increíble, le necesitaba quería saciarme de el y lo hice ese sabor salado de su sangre me fascino, lamí intenso succione mientras notaba su duro falo a punto de estallar en un orgasmo mas allá de lo vital



Esa combinación de mi mano en su sexo y de mis succiones ya enloquecedoras le hicieron llegar a un orgasmo tremendo en el que involuntariamente movía sus caderas

Y entonces ya le sentí dentro de mí  a través de su sangre , mi cuerpo cambiaba lo note frío pero ardiente a la vez, me separe de la fuente de vida de mi amado, yo ya era otra…seguro que mi mirada era oscura porque él sonriendo deliciosamente me lo confirmo que ya estaba cambiando, no sentí dolor, ni vacío, era una increíble calidez, un poder inusitado, una certeza de que mi vida comenzaba, era como volver a nacer…




Me aparte lo justo de su rasguño que automáticamente se cerro como por arte de magia y la vi…seguro que con lo que fuera que abrió esa línea de vida para mi dejo caer una gota en el, su glande de un color rosado apetecible tenia una gota de sangre….acerque mi lengua y lamí, esa mezcla de vida y la de su esencia me lo confirmo ahora si …si es que en esa vida oscura a la que habíamos dado luz para siempre existían, había ocurrido era simplemente una FUSIÓN DE ALMAS, nuestra fusión

Y a lo lejos una melodía de no se sabe donde sonaba como colofón casi dedicada a nosotros, mirando en nuestro interior…era el comienzo de un AMOR SIN FIN


                                                       Fin


Esperamos que hayáis disfrutado de nuestro relato a dúo


Orestes y Ayelen

martes, 21 de julio de 2020

Seducción en la Noche III - Relato a Dúo de Orestes y Ayelen


Continúa Orestes

Dirigí mi mirada hacia sus ojos lastimeros y asustadizos dando ese aire de tranquilidad que añoraba en esos segundos. Bajé los tres escalones que me separaban de estar frente a ella y con ambas manos acaricié el dorso de sus temblorosas manos con esa ternura que necesitaba en ese momento.

Le debía una explicación de aquello de lo que huía, de ese temor que había recorrido su cuerpo toda la noche pero que en aquel instante de fogosidad extrema había experimentado en sus carnes.

 Dándole un beso en la mejilla le invité a que me acompañara hacia el interior del jardín dejando el porche trasero atrás y adentrándose en ese jardín tenebroso rodeado de lápidas de granito.

 Se podía observar grabado en ese imperecedero material las inscripciones de los familiares caídos tiempo atrás por el inexorable paso del tiempo.

Muchas de las fechas databan de bastantes siglos atrás por lo que Ayelen se hacía muchas preguntas conforme nos acercábamos al centro del cementerio, donde se alzaba un majestuoso mausoleo romano que había mandado construir en memoria de los mortales y en cuyo interior se podía apreciar la silueta de una tumba de mármol de color rojizo.



 El Mausoleo no tenía ningún tipo de pared que lo separa del exterior sino que estaba bordeado por ocho columnas jónicas que sujetaban una techumbre abovedada en cuya cúspide un pináculo dorado señalaba el cielo.

Se podía acceder al mausoleo desde cualquier parte del jardín gracias a la libertad de acceso que las columnas permitían al visitante. Al entrar en el mismo se podía ver una serie de frescos que adornaban de forma pictórica el cielo abovedado de la estructura comparable en belleza al mismo San Pedro de Roma.


Me senté en la fría lápida de mármol haciendo ademán de que mi acompañante se pusiera cómoda al lado mío para contarle mi misterioso secreto. Ella se acomodó a mi izquierda y con la mirada fija seguía cada palabra que salía de mi boca sobre mi oscuro pasado.




Todo comenzó hace siglos, en el año 1456 durante la soberanía de Vlad Draculea en el sur de Rumania. Vlad, más comúnmente llamo el “empalador” sembraba el terror entre sus súbditos y enemigos siendo considerado un tirano sangriento por la crueldad con la que asesinaba a sus víctimas.

 Contaba la leyenda que había hecho un pacto con el diablo para suceder a la corona y que a cambio debía pagar un precio en almas durante los años que reinase. El diablo lo marcó como su heraldo en el reino de los vivos y su descendencia estaría maldita para el resto de la vida.

Vlad tuvo dos hijos Nosferatu y Drácula, los cuales desde su nacimiento llevaban claramente la marca del diablo en su cuello a modo de dos pecas negras que emulaban el mordisco maldito. Pero tener descendencia suponía una serie de inconvenientes para sus hijos ya que debido a la madre humana deberían pasar penurias en la noche y beber la sangre de los vivos para poder sobrevivir a cambio de vivir una vida longeva. Vlad escondió a sus hijos en el interior del castillo hasta que pasados bastantes años hubieron alcanzado la madurez. Una noche, en su dormitorio fue asesinado por sus hijos de la misma forma que asesinó a tantas personas…con una estaca clavada en el corazón para de este modo hacerse con el trono de Rumania.

Tras la muerte del tirano, ambos hijos subieron al poder y sembraron el terror por el este de Europa.
La inquisición de Roma, viendo el poder que estaban consiguiendo los dos hermanos creo un pequeño ejército para acabar con la herejía que se estaba cometiendo en estas tierras aniquilando a la mayoría de los no muertos que se encontraron a su paso. Los dos hermanos y un pequeño reducto de seguidores se dispersaron por toda Europa para esconderse de la persecución.



Las gentes de esa época los llamaban “vampiros” por su vida maldita bebiendo sangre para poder mantenerse activos. Muchos de los seguidores que sobrevivieron a la matanza fueron convirtiendo a lo largo de los siglos a humanos en vampiros impuros.

Sin embargo los dos hermanos descendientes escogían a hermosas damas para concebir sexualmente a hijos puros para que su extirpe de sangre no desapareciera por culpa de los vampiro impuros.
Muchos de los hijos no nacían vampiros pues los genes humanos de la madre predominaban a los del padre por lo que la semilla maldita se manifestaba en dones que la gente normal carecía.

 Pero mucho de esos niños llevaban el gen maldito que no se manifestaba hasta generaciones posteriores. Es lo que ocurrió conmigo…nací con el gen maldito que supuestamente Drácula introdujo en mi familia siglos atrás. Así que aunque me veía en el cuerpo de un treintañero mi nacimiento se remontaba al 1632…mi vida transcurría lentamente y veía envejecer y morir a mis seres queridos, a los cuales no quería legar mi oscuro destino.



Ayelen escuchaba maravillada toda la historia que le acaba de contar sin salir de su asombro. Había visto y leído muchas cosas sobre vampiros en cine y libros pero no pensaba que las fuentes de estos escritores y cineastas fuera tan verídicas. Tras la narración de mi historia se sintió mucho mas relajada y el temor que la inundaba minutos atrás desapareció por completo.

 No se podía creer que estuviera al lado de ese ser tan fascinante y al mismo tiempo tenebroso. Ni la mejor novela de crepúsculo podía hacerle sentir lo que Orestes le producía en ese instante…era real…estaba al lado suyo…podía acariciarlo…no era un espejismo fruto de las horas de lectura que había pasado noche tras noche.

Después de unos minutos de silencio que resultaban incómodos apoyo su cabeza en mi hombro dando ese suspiro que llevaba dentro de su cuerpo durante parte de la noche. En es momento mi mano acarició su melena para que mis dedos se perdieran entre la multitud de rizos que sobresalía en todas direcciones. Bajé mi mirada hacia los restos de ropajes que aún la protegían de la desnudez



Aquella ropa doblada por la presión de sus manos que ocultaban ese parte de ese hermoso cuerpo que minutos atrás había podía contemplar en todo su esplendor…Mis manos se deslizaron por su cuello hasta rozar las suyas que del nerviosismo dejaron de presionar su ropaje cayendo al suelo y dejando al aire ambos senos.

 Los cuales debido al frescor de la noche y a la fría lápida sobre la que nos sentábamos habían hecho crecer ambos pezones de forma alarmante. Era tal dicha erección que la dureza al tacto de mis dedos me producía una serie de sensaciones que hacían endurecer el bulto que mi pantalón dejaba adivinar.

No podía frenar mis instintos en ese momento, me arrodille agarrando ambos pechos con mis manos mientras apartaba los restos de ropa que cubrían su sexo, dejándola a merced de la fría lápida. Su cuerpo se estremeció al sentir la frialdad del mármol pero aun se estremeció más cuando mis manos bajaron de sus pechos a sus muslos separando ambas piernas para que su tímido sexo me mirara deseoso.

Su cuerpo se arqueo hacia atrás apoyando ambas manos en la lápida mientras mi boca seguía el rastro que dejaba su humedad por la parte interior de sus muslos. Al final del destino mi lengua salió de mi boca y fue rozando cada porción de esos pliegues que ocultaban lo más íntimo de esa mujer. Palmé cada parte de su sexo con delicadeza mientras su cuerpo se excitaba y empezaba a desprender calor por cada poro de su cuerpo.



 Su espalda finalmente cedió a las arremetidas de placer apoyándose contra lápida mientras sus piernas se cerraban como cepos contra mi cabeza aprisionando mi boca contra su sexo. Mi boca lamía sin cesar esos labios mientras mi nariz respiraba la humedad que manaba de su interior.

Tan sólo podía respirar su sexo en ese momento mientras sus gestos de placer sobre la lápida hacían tambalearla de un lado al otro jugando con el borde de la misma. Mis dientes cada vez más afilados rozaban en ocasiones su sexo y el pequeño botón que con gran habilidad mordía sin dejarme llevar por mis instintos.

En cada arremetida que mi lengua daba en su sexo mi entrepierna se iba oprimiendo en el pantalón. Sólo mis manos desabrochando el botón desahogaron toda esa ansiedad que se moría por salir en ese momento. Mis labios dejaron de saborear de esa preciosa fuente que no dejaba de brotar humedad y besando la entrepierna fueron disimulando lo que mi sexo anhelaba en ese instante, introducirse y perderse dentro de ese manantial de dulce deseo. Me incorporé de pie apartando sus piernas a los laterales y agarré la base de mi pene y la fui guiando hasta que en el borde de su sexo empecé a rozar todo mi glande por la superficie del mismo.

Ella notaba el frío pene como golpeaba las paredes internas del muslo intentando introducirse en su interior. Cuando al final ambos sexos si hubieron fusionado empezó a gemir de forma acusada debido a la dureza de mi erecto falo, que una y otra vez se introducía en su interior sacando toda la humedad que se depositaba en la salida de su sexo.

 El deseo me confundía con las ganas de poseerla, mis caderas se movían fuertes contra su cuerpo postrado en la lápida deslizándola con mi poderosa pelvis por toda su superficie rozando los límites de la misma. Notaba como el músculo duro se dejaba llevar por su instinto atravesando sus paredes vaginales de una forma casi melódica en el chapotear de su sexo. Sus gritos se agudizaban en cada penetración de tal modo que me entraban unas ansias enormes de abandonar mi estado “humano”.



 No podía controlar mis deseos cuando el orgasmo se acercaba y mi erecto pene alcanzaba subía de temperatura haciéndome hervir mi fría sangre.
En esos segundos finales mi peso cayó con dureza sobre su cuerpo mientras en las últimas penetraciones mis afilados dientes fueron dejando su marca desde ambos pechos hasta su cuello buscando esa debilidad de mi ser.

Un grito enorme salió de su boca confundiendo mi mordisco con el orgasmo de ambos hundiendo sus uñas en mi espalda y con la mirada extasiada hacia los frescos de la bóveda. Su sangre se deslizaba por mis labios en pequeñas cantidades mientras disfrutaba de mi orgasmo con el deleite de su sangre en mi paladar.

 Era una sensación muy erótica que confundía mis sentidos y hacía que mi temperatura corporal fuera subiendo equiparándose a la de mi compañera. Ella con las manos agarrándose su sudada cabellera, me miraba deseosa de que hiciera algo más…ambos sabíamos que es lo que deseaba…pero dicha encrucijada comprendía muchos motivos por los que no debía hacerlo pero otros de mayor peso…que sellaban la poca conciencia que me quedaba en esos minutos….

Continuara...




jueves, 16 de julio de 2020

Seducción en la Noche II - Relato a Dúo de Orestes y Ayelen



Continúa Ayelen


Me quede paralizada, no se si por el momento vivido o por lo que vi en su mirada después, pero no importaba desde que le sentí cerca de mi, supe que ese hombre al cual vi por rabillo del ojo mientras disimulaba conversando con mis amigos, debía de ser muy especial.

Con lo cual no me sorprendió cuando sentí su aliento en mi cuello, pero si me sorprendió ese baile tan elegido en concreto para mi, allí yo de rojo, el de negro pantalón clásico pero de un corte especial y una prenda que me fascina que lleven los hombres altos una levita, me recordaba a tiempos pasados, a tiempos en lo que los caballeros te hacían sentir como él hizo, solo con el aliento, con un roce, con un baile….

Pero cuando me sentí distinta fue con ese beso en la mejilla….no suelo hacerlo, es mas a cualquier otro hombre por ese acercamiento sin conocernos le habría recriminado, pero una necesidad imperiosa casi como un imán me hizo girar mi cabeza, deseando esos labios en los míos y cuando eso ocurrió nuestras lenguas en un toque de lascivia contenida y comedida al principio jugaron a conocerse, en el fondo de mi salto algo como un aviso que me indicaba que la noche que estaba comenzando y que seria la mas intensa de mi vida…


Por eso cuando nuestro baile acabo, después de esos tímidos aplausos que habían sentido esos espectadores casi tanto como yo, vi esa mirada muy intensa casi negra que me invadía de tal modo que en ese instante le habría dado todo pero él la retiro al instante, vi miedo y temor en ella a algo pero no supe a que era…me cogió de la mano para apartarme a un lado me deje llevar, es mas lo deseaba…ahora volvió a mirarme como antes no sabía que pasaba la confusión en mi era tremenda, mas en esos ojos ahora había algo tierno me habría dejado llevar donde fuera por el


En un tono relajante y tranquilizador como jamás escuche, me pregunto mi nombre

-Ayelen...- le dije, cogiendo mi mano la beso elegantemente como un caballero a la antigua usanza.

Me dijo el suyo Orestes, le comente que nunca le había visto por allí, me dijo que llevaba poco en la ciudad, que frecuentaba otros sitios, no quise preguntar mas porque en realidad solo sabia que el ahora estaba allí y eso era lo que me llenaba.

A ratos tenía que retirar mi mirada de la suya que se clavaba intensa aunque eran pocos ya que algo me hacía quedarme allí y perderme en ellos buscando el fondo de ese hombre que tanto estaba despertando en mi

Tras una conversación amena que se hizo corta, me propuso ir a otro lugar más tranquilo, me comentaba lo bonito de la noche y la verdad que estaba preciosa una gran luna llena que casi podíamos tocar era la reina de la noche y así se lo comenté a lo que el contesto




-Normalmente ella es mi compañera…mas esta noche no tengo ojos para ella otra luna más grande retiene mi mirada y eres tu…

Sabía que podía ser un acercamiento, una estrategia de seducción pero me encantaba esa seducción me hacía sentir como nadie me hizo sentir y no por sus palabras si no por el modo en el que las decía, por el tono y lo que en ellas creí entrever que encerraban algo más allá…

Salimos del local de la mano, parecía increíble pero ese hombre la retenía de una manera especial, suave, pero intensa en su agarre, parecía no querer soltarme, a pesar del gentío que cruzaba a nuestro paso y cuando ya en la calle la noche nos cubrió, de nuevo la luna nos protegía .nunca sentí ese amor por la noche, sí me gustaba pero con esa intensidad jamás la observe

Orestes al ver mi curiosidad me propuso de nuevo pero esta vez me dijo que paseáramos,  él vivía cerca comento que desde su jardín había unas vistas preciosas….caminamos no se quizás cuatro manzanas yo esa zona no la conocía solo solía ir a ese local y nada mas, nunca recorría sus al rededores pero de repente en medio de nuestra conversación me vi rodeada de casas antiguas de diversos tamaños nunca pensé que quedaran tanta en una ciudad tan moderna era como entrar en otra época la que a veces leí en mis libros antiguos de amor heredados de mi familia

Me contó que vivía allí en una de ellas herencia de familia también, que estaba demasiado solo en ella y una compañía como la mía daría luz aquel lugar
Al llegar a ella me sorprendí, por fuera era antigua pero por dentro su decoración era una mezcla de estilos tan bien combinados que la hacia acogedora, cuadros, armas, libros... me comento que eran recuerdos que su familia acumulo a lo largo de los años.



Cuando yo pasaba mis manos por uno de los libros de la estantería apreciando su relieve en el como si de una joya se tratara, él poso la suya encima y con cada roce la electricidad recorría mi cuerpo y se transmitía en mi piel la cual se erizaba sin igual

El lo noto, igual que yo note que su mano cambiaba de lugar y se posaba en mi cintura para guiarme hacia el jardín que me indico anteriormente, pero al subir mi mirada hacia la suya me giro, aunque fue de repente no fue brusco y yo ya sabia lo que ocurriría, me beso con un ardor que jamás había sentido, no fue con lengua solo labios pero los cuales podría asegurar que estaban fríos al comienzo para segundos después desprender una ardor que llegaba hasta mi interior

La intensidad del momento subió, el ambiente se torno de repente muy pasional, allí contra la estantería llena de viejas obras sus manos comenzaron a recorrerme mientras mi cabeza parecía perderse con aquellos besos y caricias, el vestido parecía estar pegado a mi piel, mi respiración era ya agitada, sus besos me recorrían bajando por mi barbilla, mi cuello, juraría haber sentido un roce de dientes en el, mas me daba igual la intensidad era tal que nadaba perdida en ese mundo de caricias y roces

Para entonces ya mis manos colaboraban desprendiéndole de su levita y apreciando en esa camisa blanca que un torso fuerte y marcado se escondía debajo de ella, le acaricie por encima de ella unos dedos se colaban por sus botones, no sabia que me ocurría no me podía detener

Escuche la caída de algunos libros pero no importaba que se cayera la estantería entera porque ahora solo sentía…y fueron las yemas de sus dedos las que me hacían ignorar el resto del mundo
Me rozaban de una manera que eran fuego aunque su tacto en mi era frío, esa combinación hizo que sintiera mis pulsaciones a flor de piel, era como el recorrido de mi sangre

Cuando me quise dar cuenta tiro de uno de los tirantes de mi vestido, al caer uno de mis senos quedo al descubierto y una lengua casi viperina le lamia, sus manos seguían, su boca seguía, era una locura la cabeza me daba vueltas este hombre me confundía de una manera deliciosa que deseaba que no acabara nunca …su cuerpo se rozaba sentía un ardor terrible en mi piel, allí casi aplastando su cuerpo contra el mío y su roce una locura, su torso, su sexo…note una dureza extrema en ella y mis manos volaron allí, cuando acaricie le quise mirar para ver su reacción mas él se refugio en mi otro seno le beso intenso dejándose llevar, lamió de una manera tal que nunca conocí otra igual y de nuevo creí notar unos dientes allí, pero era tan delicado su arrastre que lo ignore



Necesitaba verle tire de su camisa rompiendo el primer botón para descubrir un torso de piel clara, en el un vello recortado oscuro invitaba a mis dedos a jugar con el y lo hice, era suave, era frío su torso…pero evitando ese pensamiento me concentre en que una de sus manos por uno de los laterales de mi vestido acariciaba subiéndolo, el calor me invadió y mi sexo respondió, note como la humedad hacia su aparición en el y desee a es hombre con desesperación y aun mas cuando su dedos me acariciaron por encima de mi ropa interior

Separe algo más mis piernas para darle paso y él lo aprovecho y coló un dedo en mi sexo, casi como si de un garfio se tratara lo introdujo en mi vagina su penetración lenta me hizo gemir de una manera ansiosa, con un suave movimiento recogió parte de mi esencia y se llevo el dedo a la boca para lamerlo….su mirada se torno mas oscura, esos ojos verdosos eran negros dejándome llevar acaricie de nuevo su sexo algo mas intensamente, su dureza tremenda me enloqueció

Iba a introducir mi mano dentro de su pantalón cuando subiendo mis ojos para percibir en su mirada su reacción me asuste, su mirada parecía atravesarme más allá de mi persona, pero lo que me asusto realmente fue que al abrir su boca para hablarme y tranquilizarme creí ver…bueno vi las puntas de unos colmillos afilados, mis ojos de terror le alertaron, aflojo su abrazo el cual yo aproveche para alejarme de él casi con lágrimas en los ojos…corrí de frente, en su agarre para detenerme mientras su voz calmada me pedía quietud y tranquilidad diciendo que me explicaría me rasgo parte de mi vestido y así semidesnuda fui hacia unas puertas acristaladas en las que la luna era mi referente de que era el exterior y podría huir de allí…


Cuando salí al exterior, comprendí…era el jardín, solo que era un jardín diferente, sí lleno de flores, bello como él dijo parecía incluso extenso pero la Luna me dejaba verlas claramente al arrojar su luz sobre ellas había lapidas era un cementerio




Me volví hacia los pasos que bajaban los tres escalones al jardín y le vi, pensé que seria terrorífico pero al mirar de nuevo sus ojos verdosos algo en mi calmo todo mi ser…y entonces lo supe no era capaz de alejarme de él…no deseaba alejarme de él…


Continuara...
                                                

miércoles, 15 de julio de 2020

Seducción en la Noche I - Relato a Dúo de Orestes y Ayelen

Este es un relato a dúo con Orestes un bloguero

Su blog esta entre mis favoritos El Templo del Deseo



Orestes


Las farolas iluminaban mi lento caminar dibujando mi silueta sobre esa acera por la que tantas noches había paseado. Sabía exactamente cada paso que había realizado pues mis zapatos se guiaban por la huella indeleble que mis pisadas hacían noche tras noche desde hace muchísimos años.

Siempre tenía el mismo itinerario nocturno hacia el corazón de la gran urbe, donde el tiempo parecía haberse detenido en una época pasada sin percatarse del crecimiento urbanístico que afectaba a los anillos exteriores de la ciudad. Aquellos edificios que en su época fueron considerados colosales se quedaban pequeños al lado de las nuevas tendencias arquitectónicas que con más carácter funcional que simbólico se alzaban muchos metros por encima de ellos.

Había visto cambiar el perfil de la ciudad con el paso del tiempo y en ocasiones me quedaba observando con tristeza y nostalgia el vacío que dejaba cada solar que desforestaba históricamente ese barrio emblemático. Incluso los edificios con cierto interés intentaban que el tiempo no deshojara sus paramentos con premura y sólo una malla dispuesta de manera desorganiza impedía que los restos que aún quedaba de historia cayeran al suelo.

En lo más profundo de ese barrio donde los edificios parecían abrazarse tímidamente se encontraba “No existen Límites” un local nocturno que llevaba años abierto y al que solía ir asiduamente por su ambiente gótico y oscuro. Un lugar en el que un hombre de mis características pasaría desapercibido totalmente, sin necesidad de miradas ni preguntas indiscretas. Llevaba el mismo tipo de ropa desde hace mucho y las tendencias góticas actuales habían hecho que caminar por la calle no fuera una odisea como años atrás.

El local estaba bastante concurrido aquella noche pero siempre sentía el aliento en la nuca de las miradas deseosas del sexo opuesto. Muchas bajaban su cabeza ruborizadas cuando mis ojos se posaban sobre los suyos. Sólo una mujer en mi vida mantuvo la mirada el tiempo suficiente para que yo me interesara por ella. Pero mi compañera ya no estaba conmigo, muerta siglos atrás por esa caza de brujas llevada a cabo por la inquisición. Aún me quema la piel recordar sus llantos mientras ardía en la hoguera por esos seres que se consideraban humanos… mi alma muerta desde el día que nací y mi corazón roto desde que la perdí.

Mismo local, misma copa de vino en la barra, indiferente al resto de personas, ya vistas en noches anteriores. Tomo mi copa de vino con música de fondo tranquilamente, sin que me moleste lo más mínimo las conversaciones pesadas y rutinarias de la gente. Noto el pasar y el pasar de la gente detrás mío, siempre la misma sensación con ese cierto aire de superioridad. Cojo la copa de vino y doy un sorbo, en ese preciso instante una sensación recorre mi cuerpo al pasar una persona. Mi copa se detiene y al bajarla giro lentamente mi cabeza y observo la silueta de una mujer de espaldas...hacía tiempo que no tenía esa sensación con una mujer, despertó en mi esa curiosidad ciega que a veces uno tiene y tras pagar al camarero me dirigí hacia ella

Estaba de espaldas pero se podía observar una bonita silueta, casi de mi estatura, tenía el pelo rojizo y rizado, un vestido de color rojo intenso combinado con sus hermosos zapatos de tacón… por unos instante creí ver aquella doncella que siglos atrás me había cautivado en aquella posada solo difería en ella el cabello que antaño fue dorado.

Cuando la mujer se paró yo me situé a su espalda si tocarla, había mucha gente y la aglomeración impedía moverme. Me acerqué tanto que la respiración empujaba ciertas partes de su cabello rozando toda su piel. Ella notaba una presencia a su espalda pero no hizo ningún tipo de movimiento, solo esperar mientras mi respiración acelerada seguía recorriendo todo su cuello produciéndole ciertos movimientos espontáneos de su cuello, y algo nerviosa, se agarraba el pelo como si fuera a recogerlo.

 Después de unos instantes giró su cabeza y se cruzaron las miradas, la mía muy penetrante observe esos ojos y labios muy detenidamente sonriendo con cara picaresca. Me acerqué y con un susurro muy sensual la invité a que se acercara a la barra para invitarla a una copa.

Ella aceptó gustosamente la invitación, mientras mis manos bajaron a su cintura para guiarla hacia donde se encontraba la barra. En la misma mis manos dejaron de lado esa parte de su cuerpo y comenzó una conversación bastante entretenida sobre la vida y sobre el amor. Su sonrisa me cautivaba en cada carcajada y nuestras miradas se cruzaban muchas veces como si hubiera una cierta conexión entre nosotros, al instante de cruzarlas siempre la mantenía recordándome el día que conocí a mi única compañera y ello hacía estremecerme de emoción.

Me preguntaba si sería Ella la que tanto había esperado desde que la perdí. Fueron años de depresión los que tuve que soportar en nocturna soledad. Y había decidido no encapricharme con ninguna mujer pero… Ella era diferente, mi corazón volvía a latir después de tanto tiempo, empezaba a sentir vida en mí, la necesitaba en mi vida y deseaba que fuera mi nueva compañera, darle ese mordisco diferente que le diera una vida longeva junto a mi. Deseaba cortejarla y que se interesara por mí de forma que fuera más fácil contarle mi secreto, así que con la pista libre pedí una canción dedicada a esta mujer que intuía que iba a gustarle por la vestimenta que llevaba aquella noche.

El murmullo de la gente empezó a apagarse cuando la canción “Lady in Red” empezó a
sonar en el local.



(A partir de aquí si lo deseas lee con la música de fondo la intensidad de la lectura será mayor...)






Agarré una de sus manos con delicadeza invitándola al centro de la pista, por la expresión de su mirada y su sonrisa… la canción y el momento escogido eran los adecuados para que se sintiera cómoda conmigo. Ante la mirada absorta de los presentes me situé en el centro de la pista y con la canción sonando al ritmo que quería que sonara agarré su caderas y empecé a bailar según sentía las notas de la canción.

Mis manos agarraban con suavidad su cintura mientras mi mirada se centraba en la suya sin apartarla un instante. Sonrojada por el momento bajo su cabeza hacia mi hombro con aire de seguridad mientras sus manos se deslizaban sobre mi espalda. Notaba su aliento sobre mi cuello, respiración de sensualidad que hacía estremecer todo mi cuerpo mientras los rizos de su cabello masajeaban mi rostro en cada compás que realizábamos en el centro de la pista.

En ese momento la multitud de miradas se hacían pequeñas...tan sólo quedaba ese instante en el que el tiempo quiso hacernos ese precioso presente de detenerse y vivirlo como si fuera una eternidad.



No podía detener mis ansias de expresarme como aquel momento requería…aparté ligeramente su cabello y mis labios depositaron todo ese cariño acumulado en una de sus mejillas. Al notar la suavidad de mi beso sobre su rostro y la sensación de mi piel sobre la suya giró su cabeza para que dicho beso no finalizara en aquella mejilla. Mi beso se acercaba tímidamente mientras recorría esa distancia que separaba el pómulo de sus labios.

El primer roce fue intenso al notar como sus tibias comisuras se llenaban del calor de mi boca. Esa preciosa forma de expresión quedó finalmente sellada cuando mis labios terminaron de recorrer su bonita boca y se unieron en uno sólo con las lenguas de ambos ávidas de explorar los rincones más escondidos que las puertas de sus labios dejaban ver desde el exterior.

Las lenguas tímidas se volvieron extrovertidas cuando se encontraron por primera vez, abrazándose cariñosamente y envolviéndose en ese manto húmedo que el calor humano podía desprender. Sus brazos anillaron mi cuello mientras sus besos se tornaban cada vez más intensos conforme la canción iba entonando las últimas notas. Ya al final, cuando la canción hubo terminado un silencio invadió todo el local mientras unas luces, como si hubieran sido dirigidas, iluminaban aquel momento siendo protagonistas de esos minutos. Tan sólo el sonido de unos tímidos aplausos animó al resto de espectadores a expresar lo que aquel baile les había causado.

Ella ruborizada sonrió apoyando su cabeza en el mismo hombro en el que se había apoyado al comenzar la canción. Está vez con la melena girada hacia el lado contrario, viendo como la vena de su cuello bailaba de emoción del momento vivido. Mis ojos se tornaron oscuros en ese instante, deseando darle ese primer mordisco para saciar mis ansias por poseerla. Tuve que frenar mis instintos inmortales, mi alma maldita deseaba probar la exquisitez de la savia de su cuerpo. En ese momento mis deseos se debatían entre morderla o no…tan sólo la calidez de sus manos sobre mi rostro calmó ese instante en el que la tentación afiló mis colmillos de forma desmesurada…

Continuara...

lunes, 13 de julio de 2020

Sensualidad por mi amigo El Viejo Lobo Plateado

Este es un regalo dedicado que hace tiempo me hizo un amigo

Gracias Lobo Plateado




Déjame desnudar esos deseos
que con mis ojos grabe tu sentir
esos que anidan tan en tus adentros
quiero beberlos plenos de latir.

Quiero beber sensualidad contigo
emborracharnos juntos de deseo
que tiembles toda, hasta tu ombligo
y sientas que con fuego te poseo.

Mírame fijamente, sin pudores
como una loba cuando el lobo llega
déjame que me impregnen tus olores
que mi deseo, te recorra entera.

Quiero hacerte feliz, cuando te miro
cuando mi aliento llegue a tu nariz
que te queme hasta el alma el fuego mío
cuando sientes que a tu lado soy feliz.

Mírame los deseos y las ansias
de tenerte completa y sin resquicios
bébeme con el alma, las entrañas
y veras ese fuego en sus inicios.

Quiero quemarme, junto a tu deseo
y traspasar tu cuerpo de ilusión
hacer que vibres solo con mi dedo
y tiembles toda, con un beso de amor.

Brillan cual luna tus ojos de loba
Sensualidad que sale de tu esencia
Cuando te miro, te contemplo toda
mirando tu deseo y tú conciencia.

Llegan mis manos a colmarte plena
cuando me sientes dentro de tu ser
sientes que abrazan pechos y caderas
cuando me adentro solo entre tu piel

Saltan botones, rompen cremalleras
ante las ansias que mis ojos portan
sientes que vibran hasta tus caderas
cuando te digo, sin abrir la boca.

Bajan tus faldas, ya trepan mis manos
entre las curvas de tu piel y magia
Ya estas desnuda, plena sin recatos
como yo te quiero, mostrándome el alma.

********

Y así fundidos Sensualidad completa
explotaremos hasta el firmamento
inundando el espacio sin meta
tan solo gozando, tan solo sintiendo.


El Viejo Lobo Plateado

sábado, 11 de julio de 2020

Una Velada de Pasión

En mis momentos mas románticos y sobretodo apasionados el escuchar a este interprete

Su cálida y sensual voz de fondo las sensaciones se multiplican

Espero que os guste






     Cena en buena compañía









          Un refrescante baño que se convertirá en ardiente...




          Y un final de velada lleno de pasión


        Mejor un comienzo la velada es larga...



        Y    MAXWELL de fondo todo un lujo















Que tengáis muy buena velada ;)



Ayelen








viernes, 3 de julio de 2020

Tu, Yo y un Tango






Desde que entre en aquel despacho con mi traje de chaqueta de sastre azul marino de minifalda lo supe, lo note en tu mirada, ojos verdes, pero rizado con entradas, alto y fuerte, unos labios carnosos y algo que me fascina en un hombre un hoyito marcado en la barbilla, también supe que si era capaz de convencerte en esa entrevista a ti y tu al que había a tu lado el puesto era mío.

Tú me confirmaste después que tuviste que convencerle que mi aspecto de leona con melenaza rizada hasta la cintura no quitaba que mi curriculum era impecable y que como vendedora de mobiliario de lujo me saldría en las ventas, tu lo sabías y el no, pero se lo demostré siendo su primera vendedora y su ojo derecho después.

Pero ahora tus sabias algo más, que si no me hubieras contratado esa noche no habría ocurrido lo que ocurrió, una sola noche que quedara en nuestro recuerdo para siempre en aquella cena de empresa

Ya llevábamos meses trabajando juntos, correctos ante todo, algunas miradas robadas, buen rollo, buen humor y una sinceridad desbordante, al mes yo me sabía tu vida y tú la mía, ambos con pareja estable.

Tu 12 años con la tuya yo 4 años con el mío, aunque tu seguiste con ella más tiempo aun después de aquello que ocurrió yo corte dos meses antes de que pasara lo nuestro, harta de costumbre y de ahogos necesitaba recuperar mi vida, me admiraste por tomar la decisión lo sé y yo a ti porque me tomaste como ejemplo y un año después la tomarías tu pero ya era tarde para ambos, yo había cambiado mi vida aunque aquella noche ya no nos la quitaría nadie

Esas Navidades venían a promocionar a nuestra tienda unos vendedores franceses con los cuales teníamos un convenio de ventas, nos tenían que enseñar unas técnicas europeas muy novedosas que nos ayudarían mucho ya que con ello nuestras tiendas serian punteras en el mercado e innovadoras.

Una de las vendedoras era impresionante, melenaza  rubia hasta la cintura,  ojos azules, un tipazo de escándalo ella enseguida te echo el ojo, típico morenazo español se le caía algo más que el tanga por ti, eso lo sé.

Yo sencillamente os observaba sin más, además como ella me comento un día, tú le gustabas tanto como yo, así que cualquiera de los dos le hubiéramos servido para ser su aventura española, pero ninguno de los dos lo fuimos, porque la aventura la vivimos solo tú y yo en aquella ocasión.

Y ese día llego…

Habías reservado en un Restaurante Argentino que tenia variedades y espectáculo mientras los comensales degustaban su cena, estaba en el centro de Madrid  en la Calle de La Bola con lo cual el aparcamiento estaba imposible y claro llegue en mi coche algo después que vosotros.

Cuando llegue ya estabais sentados todos así que el corte fue mayúsculo, ya que un

-           ¡Mira, ya llego por fin!  - de la gritona de turno

Hizo que no solo vosotros me mirarais sino también algunas mesas que ya tenían a los borrachos de esa noche soltando improperios cuando pase cerca de su mesa camino a la nuestra.

Tú te levantaste avanzando hacia a mí y cogiéndome del brazo de una forma educada pero con el agarre algo más intenso de lo habitual a modo de protección me guiaste hacia nuestra mesa  acallando el aullido de los cuatro faltones del restaurante.

No pude evitarlo te mire a los ojos, tu mirada intensa, tu sonrisa de medio lado me hizo estremecer, un pequeño vuelco mezcla de vergüenza y no sé qué…me puso algo nerviosa.
Pero más aun cuando al darme los dos besos de saludo en la mejilla, tú el hombre callado y respetuoso de la novia eterna en su vida, me dijo casi en un susurro.

-              Hoy te veo y te siento como siempre he deseado hacerlo.

No solo esas palabras, el susurro y el aliento tan cercano a mi cuello tan cálido hizo que un escalofrió me recorriera de pies a cabeza.

Desde ese mismo instante supe que esa noche seria inolvidable…

Éramos seis comensales la mesa estaba distribuida dos en los extremos y dos a cada lateral de la misma, me acompañaste a un extremo en el otro estabas tú, sin duda elegiste la colocación estratégicamente ahora lo sé para tenerme enfrente de ti toda la noche.

Siempre pensé que el mejor lugar para conquistar en una cena es colocarse enfrente del que deseas conquistar en los laterales de la mesa o al lado, eso sin duda invita a veces a juguetear por debajo de la mesa, tocar, rozar, jugar, pero tú no, tú querías jugar con algo que me gusta, que me fascina, con la mirada.
La cual seduce a veces mucho más que un roce porque la mirada lo dice todo, los ojos pueden describir perfectamente los pensamientos.

En la tuya ese día pude ver mucho, sensaciones diversas e intensas que me hacían ruborizar, menos mal que la penumbra del local y ese juego de focos estratégicamente colocados para dar ese toque íntimo escondían mi rubor.

La cena se desarrollo amena, con una ambiente grato y encantador, nunca había estado tan a gusto en una cena de empresa. Ya sabes cómo soy, dicharachera, habladora, siempre con una sonrisa en la boca, me abro con facilidad a los demás, sobre todo cuando estoy a gusto y me siento bien.

Me gustaba porque éramos todos vendedores ahí solo estabas tú como jefe más directo, con tus vaqueros y camisa negros, la oscuridad de tu indumentaria hacia resaltar esos ojos verdes que tanto me gustaban y que por momentos notaba como cada vez mas buscaban los míos.

Y llegan los temas picarescos, bueno sabes cómo soy muy ambigua me gusta jugar con la picaresca y las palabras, sé que eso te encanta y  a los demás también, pero tenía una rival esa noche  Natalie, ella y su impresionante melena rubia, cada palabra que decía, cada gesto que hacía era para llamar tu atención, su mano posada en la tuya con disimulo, sonrisa perfecta, bueno he de reconocer que algo me molestaba pero en fin no eras mío….aun.

Pensé que te enrollarías con ella, bueno algo te llamaba la atención eso lo sabía lo habíamos comentado con lo cual no me sorprendería, era mejor con ella que con otra ya que ella se marcharía en unos días y jamás la volverías a ver,  nunca te perjudicaría en tu relación estable y aburrida como tú la llamabas.

Por ello decidí poner tierra por medio, comencé hablar con el vendedor francés que era un encanto y muy divertido, evadiendo tu mirada pero cuando de soslayo la veía, también observe crecer una mirada diferente en ti de molestia y que decir que me gusto.

En un momento dado ya sabes bebemos algo de vino y empezamos acercarnos a otros en la mesa cambiando sitios, ella se acercaba a ti y tú te alejabas de ella acercándote a mí, yo en mi puesto observaba y me divertía esa situación.

Ver que te acercabas de silla en silla parecía un juego encantador que me divertía muchísimo, pero también cuando acortabas esa distancia me daba un vuelco.

Y te sentaste tan cerca que me hablaste al oído, retiraste con delicadeza mi cabello, para decirme que estaba muy guapa, que según avanzaba la noche estabas sacando valentía para hacer algo que deseabas…

No sabía cómo reaccionar, pero me daba cuenta que había un deseo oculto en mi que hasta ese instante no quise ver.
De repente una pareja tomaba posiciones para iniciar un espectáculo de baile en una pequeña pista de madera en la parte central del comedor, las mesas estaban alrededor estratégicamente colocadas para ver el espectáculo y como no el baile era  un tango.

Con lo cual cuando casi tus labios rozaron mi cuello al decirme esas cosas, como un resorte me levante disculpándome cogí el bolso y me fui al aseo


En cuanto entre pude observar que el corazón estaba acelerado, un hilillo brillante en mi piel recorría el canalillo de mi escote. 
Y no solo eso,  algo dentro de mí un furor interno en lo más íntimo casi me hizo humedecer.

Me moje el cuello, me retoque el maquillaje y salí…


La música comenzaba a sonar…y era mi tango favorito



(A partir de aquí si lo deseas lee con la música de fondo la intensidad de la lectura sera mayor...)




                                   


Allí en ese pasillo estrecho estabas tú en la puerta sonriendo, entre divertido e inocente, era una deliciosa mezcla que me hizo sonreír también, sin decir nada me llevaste por ese estrecho pasillo tirando de mi mano y al fondo casi en la oscuridad estaba un cubículo pequeño a modo de cabina  entramos y cerramos la puerta, la luz tenue por falta de alguna bombilla.

El cristal del mismo era algo biselado hacia que la imagen de los que allí se encontraran fuera borrosa. El espacio angosto disponía de una balda de madera  a modo de estantería en el cual había posado un teléfono muy antiguo sin duda haciendo juego con la decoración de local

Apenas cabíamos, pero eso hacía que nuestros cuerpos estuvieran muy cerca…
Sin más me miraste de una forma penetrante y vi avanzar hacia a mi es hoyuelo de tu barbilla, entonces me deje hacer, quería sentir tus labios en los míos, carnosos, disfrutar de ellos como sabia en ese momento que siempre desee.






Tus manos actuaban ya sobre mí, acariciando mis mejillas retirando mi pelo a un lado, pasaste a mi cuello pequeños besos le recorrían arriba y abajo, la punta de tu lengua lamia suavemente y tú aliento…. Tu aliento cálido erizaba mi piel.

Estaba siendo conquistada de una forma deliciosa, tenias un mundo de sensaciones dentro de ti y me lo regalabas, besos, caricias, era algo muy especial.

Me apoyaste en la pared de madera, tu cuerpo impedía que pudieran abrir la puerta, tus manos actuaron bajándome la chaqueta hacia atrás por los hombros, les besaste y con tus dientes bajaste la fina hombrera de mi top, la cual cayo con facilidad, sacaste la manga  dejándome media chaqueta puesta yo necesitaba los dos brazos quería abrazarte, tocarte, rozarte…me deshice de la otra manga y esta cayó al suelo.

Con tus manos bajaste el otro tirante,  besaste de nuevo ambos hombros pero esta vez bajaste algo mas por mi canalillo, rozaste con tus labios y tu lengua de nuevo lamio, colándose por el filo del escote, buscando…

Pero fueron tus manos las que actuaron con delicadeza bajaste el top, sacaste mis senos fuera de él y jugaste, para ese momento mis pezones ya reaccionaron de repente la dulzura desapareció surgiendo una pasión como una explosión, lamiste  y a la vez acariciabas muy intensamente mis pechos, devorabas, gemidos ahogados salían de mi boca.





Hubiera deseado que estuviéramos solos allí y que me poseyeras en ese mismo instante apasionado dejándonos llevar.

Yo deseaba participar, necesitaba saber  si tu miembro reaccionaba y te toque estaba duro, eso me excita mucho ver cómo crece debajo del pantalón, como las sensaciones lo hacen crecer.
Todo se desbordo en un momento, mis manos, tus manos, tocaban, palpaban, registraban cada palmo de nuestro cuerpo.

Me levantaste la falda que era corta y tableada de fácil acceso y descubriste que ya en ese momento  mi humedad era exagerada, gemiste y rozaste, después metiste tus dedos dentro de mi braguita y con maestría empezaban actuar, acariciabas mi botón de placer empapado de una forma intensa lo suficiente para que me excitara aún más, lento primero después más aprisa, en ese momento gemía, un tango de fondo sonaba, era erótico, sensual y muy sensitivo todo.

Yo te desabroche el pantalón, tu falo salió disparado erguido, era de un tamaño considerable, más de lo que creía, me excito muchísimo verlo, tú me giraste entonces casi sin darme tiempo acariciarlo.








De espaldas a ti me rozaste por detrás, separe las piernas deseaba más aun que me hubieras penetrado ahí mismo, quería dejarme llevar, pero tú solo me rozabas con la punta de tu miembro, jugando a excitarme, yo notaba como mi centro se abría, se dilataba aún más…

El acceso a mi sexo era prohibido un muro de encaje frenaba la pasión, pero para ti no hubo problema mirándome a los ojos pidiéndome permiso y yo dándotelo con un gesto de cabeza, agarrando la tira del tanga la rompiste, dejando paso al deseo y su ejecución  

La punta de tu miembro jugaba y por unos segundos se introdujo en mí, gemí más alto, apenas unas penetraciones por el miedo a ser descubiertos  me tapaste la boca con tu mano, la cual mordisquee justo antes de llegar al orgasmo, no me dejaste hablar tan solo me dijiste.

-              Hoy es nuestra noche no hay prisa, quizás solo sea esta pero sé que será inolvidable.

La música ceso, aplausos…el tango acabo pero entre nosotros solo era el comienzo de una velada que algún día contare…



                                                                   Ayelen