Era la última noche juntos, sabíamos que
después de dos años de ser amantes esto ya se acabaría para siempre, nuestros
encuentros siempre habían sido apasionados, sensuales, sexuales y tremendamente
lascivos, porque así se aman los amantes…el hastió y las costumbres son para la
pareja fija
El amante es sueño, es fantasía. Es ser
otra persona…es como vestirse para carnaval
Estábamos al borde del agotamiento,
llevábamos toda la noche disfrutando en innumerables posturas. En cualquier
sitio, queríamos agotar todas nuestras fantasías vividas en una sola noche, la
ultima
Te habías saciado de mi esencia lamiendo y
succionando con avidez, con tu lengua, con tus labios, tus manos trabajando mi
sexo como si lo modelaras y mi centro ardía, mi humedad era extrema manchando las
sabanas y tú eras fuego con tu boca buscabas mi volcán
Yo por mi parte había adorado tu miembro como
si de un ídolo se tratara, me había recreado haciéndolo crecer con mis manos
recorriéndole en toda su extensión, después mi boca y mi lengua tomaron el
mando custodiadas por mis manos y manteniéndole firme lo hice crecer para mí
Su dureza fue haciéndose extrema, cuando
mis labios lo besaron y la lengua cual serpiente
lo saboreaba, recorriendo esa extensión maravillosa que se ponía erecta para mí, hasta que mis labios ardieron no podían más
Fue una noche divina, apasionada y lasciva,
me encantaba
Pero quería un broche perfecto para esa
noche y el broche era yo
Tú decías no tener nada más que darme pero
quería hasta la ultima gota de ti…y la tendría era mía…
Te tumbe, te pedí que te relajaras el pacto
era no tocarme, solo mirarme y sentir, concentrarte en cada punto nervioso de
tu cuerpo, disfrutar de cada sensación que te iba a dar
Necesitaba un ambiente de fondo y puse nuestra
melodía con la que tantas veces en nuestros encuentros furtivos nos habíamos
amado
Y todo comenzó…
Estirado con los brazos a lo largo del
cuerpo algo separados del mismo, las piernas juntas y estiradas comenzaste tu
relajación
Al acercarme a ti tu mirada reflejaba duda,
no sabias si volvería a subirme a horcajadas en ti, pero no sería así
Desde tus pies cual gata salvaje avance hacia a ti
sin dejar de mirarte a los ojos, tu expresión cambio al mirarme no se que viste
en mi….bueno lo se, viste el último
deseo, hambre de ti, eras mi último bocado
En mi avance una risa nerviosa salio de ti,
mi cabello caía por mi espalda en una maraña de rizos rojizos, la observaste
yo sé que tu adorabas esa melena, cuantas veces me hiciste el amor
posicionadote detrás de mi, la acariciabas y tirabas de esa melena suavemente
cuando llegabas al clímax
Ya casi a la altura de tu cara, la retire a
un lado y sujetándola con una mano acerque mi boca a ti y te bese
profundamente, sintiendo como nunca tus carnosos y sensuales labios
Y te dije
-Amor túmbate y disfruta...
A la altura de tu vientre me senté a
horcajadas en ti, miraste mi sexo con deseo, la humedad volvía a él…lo sabias, lo
notabas en tu piel, respiraste por la nariz la habitación olía a sexo y
perfume, ese aroma de mi esencia te enloquecía era tu elixir siempre me lo
decías amor
Te pedí quietud y cara a cara extendí mi
melena por encima de tu cabeza en toda su longitud, te volví a besar y comencé
mi masaje de cabello, te pedí sentir solo eso y eso hiciste, sentiste
Desandaría el camino que hice hacia atrás, pero esta vez
mi cabello iría cubriéndote, iría acariciando tu cuerpo desnudo en un masaje tántrico.
Fue
pasando lentamente por tu cara percibiste en tu piel su suavidad, su aroma a
fresas,
Lo sentías en tu frente, en tus parpados
cerrados, nariz, labios…lo besaste, la punta de tu lengua se enredo en el y mi
melena siguió su camino
Pero precediendo esa carretera de pasión iba
mi boca el punto de partida fueron tus labios, recorrí a la vez que mi cabello
ese camino, junto con mi lengua tome tu mentón, tu barbilla, bajaba por la nuez,
por el hueco de esa maravillosa clavícula que adoraba, seguí avanzando por el
centro de tu torso, mi pelo me seguía borrando mi húmedo rastro, tu vello se
erizo, tu cuerpo se estremecía, los puños apretados queriendo dejar a esas
manos tocarme, pero no podías…era el pacto amor
Cabello y boca seguían su recorrido
mientras mis piernas precedían el camino a seguir y llegue a tus abdominales,
lamiendo el dibujo de cada marca de tus músculos, pase ligeramente por tu
ombligo…mis senos en ese camino a veces rozaban tu piel y al notar mis pezones
erectos salían gemidos de tu boca
Ya me acercaba al centro deseado, duro y
erecto, era mío…egoístamente mío
Cuando llegaba a tus caderas me indicabas
con tus movimientos que lo devorara pero…no, cuando ya mi melena estaba por tu torso
y sintiendo el cabello rozar tus pezones, rodee tu sexo con mis labios y seguí camino hacia
tus muslos, un gemido de queja salio de tu boca, aunque se notaba placer en el deseabas
que te probara que ese delicioso suplicio acabara pero por ahora solo sentirías
allí mi cabello
Lamí
ingles, muslos y seguí bajando ante tu inmensa excitación y tus gemidos,
pedías con la boca, pedías con tus ojos…me pedías con tu cuerpo sentir el calor
del interior de mi boca en tu miembro, pero no aun no
Mi boca atrapaba, besaba, mi lengua lamía,
para entonces mi pelo se enredaba suavemente en tu miembro erecto y duro como
el mármol, gemiste fuerte y pediste
-Ven...Por favor…déjalo ya… no puedo mas…
Sonreí y seguí hacia abajo el sentir mi
cabello en tu pene te hizo enloquecer los rizos volvieron a enredarse esta vez
en el
Pero continué hasta los tobillos bajando
por tus piernas y acabe en tus pies con mi boca, pero ya arrodillada en el
suelo mi cabello siguió su camino acariciando hasta los dedos
Ese masaje llegaba a su fin…
Para entonces mi sexo ardía, hinchado y
húmedo, pedía tu dureza y tú también pedías esa unión, ya no querías mi boca,
extendiste los brazos y cogiendo mis manos tiraste de mí suavemente
Me senté a horcajadas en ti, nuestro ojos
se clavaban, lo que vi en ellos jamás lo
olvidaría había amor, había pasión, lujuria y ardor
No sé qué más vi…bueno si, estaba viendo a
mi AMANTE, al mejor amante que nunca tendría
Levante mis caderas suavemente, coloque en
la entrada de mi sexo tu glande y al unísono en un movimiento totalmente
sincronizado entraste en mi
Solo hicieron falta unas cuantas
embestidas, suaves y lentas sintiendo…para que de ti saliera lo que quedaba
para mi, entre gemidos iguales de grandiosos que ese clímax que nos inundó, sin
dejar de mirarnos salí de ti, mire tu miembro
En el orificio de tu glande había una ultima
gota, ahora si amor me la diste y era solo mía para siempre…
Ayelen
Un texto precioso y sensual.
ResponderEliminarUn abrazo, querida.
Gracia por pasarte y por tus palabras, me encanta que te haya gustado
ResponderEliminarUn abrazo muy grande
Todo un rito casi ceremonial, de deseo y pasión que acaba en el éxtasis más elevado.
ResponderEliminarBesos.
Me encanta que te haya gustado viniendo de una escritora que demuestra siempre tanta pasión en sus escritos
ResponderEliminarBesos